La cuña islamo fascista contra la República Popular China

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El Partido comunista chino paga el error de haberse dejado arrastrar en los años 80 del siglo XX por el malsano antisovietismo cultivado durante los últimos años de Mao. Los de la nefasta “revolución cultural”. Ya llevaba 4 años muerto el Gran Timonel, en 1979, cuando la República Popular empezó a facilitar la instalación de campamentos de entrenamiento en la frontera entre la provincia china de Xinjiang y la vecina República Democrática de Afganistán (RDA) gobernada entonces por los comunistas del Partido Democrático del Pueblo (PDPA) aliados a la Unión Soviética tras la Revolución de Abril de 1978. La CIA y el servicio secreto paquistaní instalaron en la llamada “Operación Ciclón” (en Wikipedia vean la explicación) estos campamentos con apoyo chino para crear un ejército terrorista de ideología salafí y wahabí y financiación saudí. Su objetivo era destruir la RDA e instalar un emirato fascista al servicio del imperialismo norteamericano. Es decir, lo que pasó en ese país tras el derrocamiento del PDPA en abril de 1992 y la toma del poder por los “señores la guerra” y más tarde de los talibanes (todos ellos creados y apoyados por la CIA) y lo que ha pasado en Bosnia-Herzegovina, Kosovo, Libia, Chechenia y a su manera en el Irak ocupado y hoy en Idlib (Siria).

La primera guerra “yihadista”, por emplear un término habitual en Occidente, desplegó todo su horror fanático, carácter sanguinario y odio a la democracia en tierras afganas en los años 80. Fue apoyada desde China lo que jamás debía haber ocurrido. Debía haberse impuesto el internacionalismo proletario entre camarada y la solidaridad entre Estados progresistas como el afgano y el chino.

De aquella experiencia lamentable quedó en la provincia de Xinjiang la semilla de la ideología terrorista y fascista wahabí que con el tiempo daría el fruto podrido de la banda terrorista llamada “Partido Islámico del Turquestán”. Teóricamente busca la “libertad” de los chinos de la etnia turco-mongola uigur de la bota de la “dictadura comunista”. En realidad, ha creado una organización criminal que fue destinada desde 2011 por sus jefes operativos de Al Qaeda y “Estado islámico” y de sus jefes que se encuentran en un nivel decisional superior a participar en el proyecto de liquidación del Partido Baas Árabe Socialista, el Estado y la propia sociedad multiconfesional siria y su reemplazo por otro “emirato” criminal más gobernado por tiranos decapitadores, fanáticos y retrógrados al servicio del mundo imperialista. En los duros combates contra el Ejército Árabe Sirio, las milicias populares y sus aliados se ha forjado una generación de terroristas avezados uigures chinos que ya tenían escrito su guion operativo: tras destruir la Siria baasista atacar desde Afganistán, que sigue ocupado por fuerzas de la OTAN, y Paquistán contra China Popular, favorecer el levantamiento de los uigures, asesinar a los comunistas y patriotas chinos y desgajar Xinjiang de la Patria china hoy atacada asimismo desde Hong Kong, Taiwán y los mares del Sur de China en un intento de frenar el empuje arrollador del socialismo chino.

Afortunadamente nada de esto ha sido posible. Las bandas criminales del Partido uigur terrorista ocupan sus posiciones en la provincia de Idlib a la espera que la ofensiva siria y aliada los desaloje y expulse de ese país. En Xinjiang han fracasado los intentos de levantamientos anticomunistas. El Partido comunista se ha aliado fuertemente con los campesinos y trabajadores de etnia uigur y de las otras etnias de esta provincia china para no dejar espacio político e ideológico para la extensión del falso islam fascista y criminal. Uno de los principios de la República Popular siempre respetado a excepción del nefasto periodo de la” revolución cultural” es el respeto a las minorías y religiones que integran la sagrada unidad china.

En China se cultiva con esmero el respeto y desarrollo de las minorías y su libre práctica religiosa compatible plenamente con los ideales de la Dictadura Democrática Popular, como se denomina oficialmente el régimen imperante en este país.

Frente al fracaso de la carta terrorista los servicios norteamericanos de inteligencia están levantando otra campaña de propaganda sobre las supuestas violaciones a los derechos humanos que sufriría la “minoría uigur”. Incluso Trump, siempre preocupado por la “liberación” de los pueblos (no hay más que ver su odio racista contra los afrodescendientes de su país, los mexicanos pobres, los nicaragüenses, el pueblo digno de Cuba, la Venezuela heroica, su desprecio por los palestinos y los árabes en general, su indiferencia ante la tragedia de Yemen, su aversión por los Pueblos chino e iraní, su ira contra los rusos…) ha emitido un decreto para “proteger a los uigures” de Xinjiang. Seguro que habrá desinformados y alienados occidentales bien dispuestos a seguir las orientaciones de la CIA y ponerse sin saberlo a defender la causa del “Estado islámico” en Xinjiang creyendo que defienden a una “minoría oprimida”.

Realmente el pueblo uigur ha dado la espalda al terrorismo salafí y sabe perfectamente que su desarrollo y progreso están indisolublemente unidos a la defensa del “Socialismo con características chinas”. La derrota del terrorismo uigur es otra de las contribuciones del pueblo de Siria conducido por su presidente Bashar al Assad a la causa de la paz y la estabilidad en Asia y en el Mundo.

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