Miles de manifestantes armados protestaron ayer contra la cuarentena en Michigan, llegando a bloquear la entrada del Capitolio estatal en la ciudad de Lansing al grito de «¡Encerradla!», en referencia a la gobernadora demócrata del Estado, Gretchen Whitmer.
La protesta fue convocada por el Fondo de Libertad de Michigan y por la Coalición Conservadora de Michigan y fue secundada por miles de ciudadanos fuertemente armados que ondeaban banderas estadounidenses pero también enseñas confederadas y carteles de apoyo al presidente Trump. La Policía Estatal calculó en 3.000 ó 4.000 personas la asistencia al tumulto en el que sólo fue arrestada una.
En la convocatoria de la acción, la Coalición Conservadora de Michigan afirmaba que la gobernadora está «infectando A TODOS con su agenda radical y progresista». Entre las medidas que más han irritado a los convocantes están la prohibición de trasladarse a residencias vacacionales, de usar embarcaciones a motor y el cierre de áreas consideradas no esenciales en las grandes tiendas, como las dedicadas a muebles, jardinería o pintura.
Marian Sheridan, de la Coalición Conservadora de Michigan afirmó que “los ciudadanos están francamente cansados de ser tratados como bebés». Y añadió: “Como adultos que somos, sabemos lo que hay que hacer para mantenernos a salvo”.
Las críticas al confinamiento, que el ala más reaccionaria de su clase política considera una «reducción innecesaria de las libertades», y la exigencia de su levantamiento son cada vez más fuertes en Estados Unidos, pese a ser el país con mayor número de contagios y donde su crecimiento cada vez se acelera más. Así, por ejemplo, el veterano político conservador. Tom Norton, afirmó que “la cura es peor que la enfermedad”, refiriéndose al daño económico que sufrirán los empresarios.
