Más machistas que racistas

0

Por Karina Castelao

El otro día Paz Vega fue a La Revuelta, programa revelación de la temporada, a dejar constancia de que España es un país machista y que, frente a otro tipo de pensamientos discriminatorios, es algo socialmente aceptado.

Adaptado el formato desde Movistar a Televisión Española, “la pública”, el modelo de talk show importado de EEUU es todo un éxito de audiencias y una gran competencia para el resto de espacios con los que comparte franja horaria.

El programa es masculino y masculinista y su target está formado por hombres heterosexuales menores de 45 años. La representación femenina es residual y se reduce a una humorista carente de gracia alguna, Valeria Ros, que se limita a traer curiosidades y mostrarlas en su tablet.

La Revuelta está dirigido por David Broncano y producido por Andreu Buenafuente, dato que da una idea de su linea editorial: humor generación X y estilo PSOE. Se ha traído todas las secciones de su etapa en Movistar incluidas las preguntas clásicas a los invitados sobre cuánto dinero tienen en la cuenta o cuánto sexo han practicado en los últimos 30 días. Pero ha añadido una más, ahora Broncano pregunta al entrevistado si se considera más machista o racista, dando por hecho que cualquier persona adolece de ser una o ambas cosas aunque sea mínimamente.

Hace unos días la invitada fue Paz Vega y no solo no contestó a la nueva pregunta, sino que afeó a Broncano que la hiciera. Destacó Paz Vega que ante ese dilema «la mayoría de los invitados, sino todos, prefieren admitir que son un poquito machistas más que racistas», incluso algunos negando tajantemente tener ningún prejuicio hacia personas de razas distintas de la blanca y que «eso es peligroso porque al final tú estás admitiendo algo, que es ser un poquito machista es admitir que el hombre está un poquito por encima de la mujer«, que tal afirmación «no se puede admitir, es inadmisible (en un programa) que además ve más de media España» y que «admitirlo es normalizarlo« (cito palabras textuales).

Broncano justificó la nueva pregunta diciendo que «cuando se nos ocurrió que tenía un poco la cosa como de el hecho de reflexionar en público sobre qué actitudes tiene uno machistas más que normalizarlo», a lo que Paz Vega respondió que al ser un programa «de máxima audiencia puede generar como una cierta ‘no pasa nada!’ al respecto» de admitir que se es un poco machista.

La excusa de los invitados para reconocerse mayoritariamente más machistas que racistas es que todos estamos educados en el machismo, incluso las mujeres, y que es normal que caigamos en micromachismos aun sin darnos cuenta. Sin embargo ninguno de los invitados ha reconocido microrracismos a pesar de que también estamos educados en una sociedad racista.

Es decir, que casi todos los personajes que han ido al programa, incluidas invitadas femeninas como Ana Mena o Paula Leitón, ven más aceptables para sí mismos tener conductas que consideran inferiores a las mujeres que a los hombres pero ven inadmisibles tener conductas que consideran inferiores a los negros (o a los moros o a los chinos) que a los blancos.

Aparte de que quisiera ver yo con la fuerza con la que agarra su IPhone cuando se cruza con un gitano a cualquiera de esos invitados que dicen carecer del menor atisbo de racismo, autodefinirse en una televisión pública un poquito machista como mal menor es una tragedia social. Es como si fuera aceptable para una sociedad, aun siendo de mala gana, que sus miembros crean que las mujeres son un poco menos personas que los hombres.

Cuando se quiere eliminar un comportamiento no cabe la posibilidad de validarlo aunque sea mínimamente. Esto es como cuando los padres de un adolescente no quieren que su hijo beba pero le compran el alcohol para hacer botellón porque total va a beber igualmente y así al menos no toma garrafón. O como cuando se pretende terminar con la lacra de las drogas legalizándolas o acabar con la trata con fines de explotación sexual regulando la prostitución. El mensaje es el mismo: no me gusta lo que haces ni quiero que lo hagas pero lo acepto a regañadientes.

Por eso en los países donde la prostitución está regulada no solo no disminuye la trata sino que aumenta la demanda, y en los países donde es legal el cannabis para uso recreativo se ha disparado su consumo hasta constituir un atractivo turístico.

Y por eso mismo, que no sea inadmisible e intolerable tener comportamientos machistas «porque todos estamos educados en el machismo», se traduce en que haya sectores ideológicos que llevan por bandera, y que no ocurra nada, el negacionismo de la violencia de género, el cuestionamiento sistemático de las víctimas de violencia machista, la negación de la cultura de la violación o la creencia cada vez más extendida de que las mujeres ahora tienen más derechos que los hombres. Y todo ello cuando la realidad es que harían falta tres siglos más, sin involución alguna en los avances feministas, para que las mujeres tuvieran la misma consideración social como estándar de ser humano que tienen los hombres.

A ninguna celebridad se le pasa por la cabeza decir en una televisión pública ante millones de espectadores que es racista (u homófobo) porque sabría que inmediatamente sería cancelado. Sin embargo sí se reconocen residualmente machistas justificándolo en su socialización patriarcal (como si no lo hubieran sido también en una sociedad homófoba y racista). Es decir, mientras que para la opinión pública es inadmisible que un famoso no haya deconstruído su racismo u homofobia, es totalmente tolerable que no haya deconstruído su machismo.

Por eso los mensajes racistas y homófobos son discurso de odio y los mensajes misóginos, no solo no lo son, sino que son la base de un montón de canales de Internet. Por eso «mono» referido a un futbolista negro en un estadio supone una sanción pero «zorra» referido a una mujer se «resignifica» y es un temazo para Eurovisión. Por eso Vinicius insinúa que España no debería acoger un mundial de fútbol por ser un país racista pero no ha tenido inconveniente alguno en que se haya celebrado en Qatar.

Y por eso, y principalmente, en España se cuentan con los dedos de las manos los asesinatos racistas o lgtbifóbicos en los últimos años mientras que los feminicidios se cuentan por cientos. Porque mientras que el racismo y la homofobia son cada vez más un tabú, el machismo y la misoginia son solo un «qué se le va a hacer!». Va a ser cierto, como leí un día por ahí, que el machismo solo desaparecerá el día que una violación tenga la misma consideración social que el canibalismo.

Broncano, lejos de rendirse y renunciar a hacer la pregunta, ha decidido sondear entre los nuevos invitados sobre qué opinan de la cuestión y si obtiene una respuesta positiva ha dicho que seguirá haciéndola. Se ve que esos micromachismos también están presentes cuando a un hombre le parece que ha tenido una buena idea y quien viene a corregirlo y a decirle que no lo es tanto, es una mujer

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.