Por María Engracia Martín Valdunciel
Con permiso de Marx y Engels, traemos a colación aquí la proposición del Manifiesto Comunista que interpelaba a la clase trabajadora frente al capital. Ha llovido mucho desde 1848 pero es pertinente esa llamada a la acción conjunta, en este caso al sujeto político del feminismo —obviamente, las mujeres— de cara al próximo 9 de junio. Porque el internacionalismo feminista —que tiene por bandera la igualdad de los seres humanos— es el único movimiento que desafía la barbarie patriarcal capitalista y cuenta con capacidad real de transformación.
Sabemos que el feminismo sigue teniendo los credos religiosos y los representantes del pensamiento conservador de toda la vida enfrente. Pandora y Eva continúan presentes en la mente de muchos sectores ultras, sean o no religiosos… La derecha, sea la añeja o la tecnócrata, no pone pegas a la violencia y la precariedad que rodea la vida de las mujeres, sea el sistema prostitucional, la pornografía, la venta de criaturas y la explotación de mujeres, sean las normas transgeneristas que, de facto, nos borran… Por mucho que predicadoras del transgenerismo, como la señora Butler, repitan como un mantra en entrevistas, o en su último libro, que la derecha —que ella identifica con el fascismo— (qué frivolidad, por cierto, en el uso del concepto) y el feminismo se dan la mano, cualquiera que piense el asunto se dará cuenta de que es falso. No hay más que recordar la historia europea reciente: desde el nacionalcatólicismo español, al fascismo italiano o al nazismo alemán, todos ellos fueron regímenes misóginos, contrarios a los derechos de las mujeres y por consiguiente enemigos de la lucha feminista. O, pensemos en la actualidad europea, políticos y políticas como los y las representantes de Vox, Meloni, Ordoban, Morawiecki, Le Pen, Zemmour…., no pretenden sino recortar derechos, los primeros los de las mujeres…En consecuencia, es evidente que el fascismo (siguiendo con la terminología butleriana) y el feminismo no tienen nada que ver, más bien son antitéticos… Seamos claras, las mujeres no pueden esperar de la derecha sino esclavitud y sumisión… ¡Mujeres del mundo, no abrillantéis las cadenas votando a la derecha!
Pero la derecha ultra no es el único problema…¿Qué decir de la derecha moderada o de la autoproclamada izquierda? Actualmente contamos con partidos que se declaran feministas, críticos, por ejemplo, con el sistema prostitucional pero ni se han ocupado ni trabajan por hacer realidad una normativa abierta y rotundamente abolicionista… Acabamos de verlo con el trapicheo de modificación del Código Penal sobre proxenetismo del PSOE (partido que, no lo olvidemos, despenalizó la tercería locativa en 1995 dejando el campo libre a proxenetas y puteros…) No creemos en promesas que la realidad de varios mandatos de gobierno niega de forma sistemática. Además, han promulgado normas que afectan de forma negativa a los derechos de las mujeres, como la ley “trans” o el chanchullo de la ley de “libertad sexual” que, ¡oh, casualidad!, no contempla como violencia sexual la violación pago mediante…¿Qué decir de esa autoidentificada izquierda posmoprogre que utiliza el neolenguaje del poder y la “libre elección” y defiende que la prostitución “empodera” a las mujeres prostituídas, que contempla la pornografía como “supertransgresora”, que inducir a hormonar y mutilar criaturas es para ella indicio de “supermodernez” o que el hecho de que las mujeres lleven velo lo considera “superdiverso”….? Obviamente, por mucho que utilice el término “libertad” o “feminismo”, sus prácticas políticas demuestran que ha sido y es radicalmente contraria a la agenda feminista… ¡Un fiasco! … ¡No saquemos más brillo a las cadenas apoyando una izquierda desnortada¡
¡Que no nos confundan, una vez más, con el cuento de “que viene el lobo”! ¡Identifiquemos bien el enemigo a batir : no es otro que el patriarcado, se vista de verde, azulina, rojo o purpurina! ¡Mujeres europeas, la derecha y la izquierda (si podemos seguir pensando en estos términos) se dan la mano en el burdel! Políticos de uno y otro signo —da igual— demuestran que le es ajena la violencia estructural que se ejerce sobre las mujeres; hombres de derecha o izquierda —da lo mismo— abusan de las mujeres, nos acosan y silencian en los (sus) espacios de poder… Recordemos que fueron socialdemócratas y verdes quienes regularon en Alemania el mercado de mujeres y niñas en 2002, un “infierno en la tierra”, como lo define la doctora Ingeborg Kraus… Una propuesta similar de regulación, hay que recordarlo, está presente en diferentes formaciones de Restar en nuestro país… Derecha e izquierda se benefician de las dobles jornadas de las mujeres, forman una piña que no cuestiona los trabajos mal pagados de miles y miles de mujeres en todo el mundo. Aunque de diferentes colores, la fratría masculina funciona, se respetan, se ven como iguales… porque saben que tienen el poder o pueden conseguirlo. Claro, no quieren compartirlo con mujeres que puedan cuestionar sus privilegios…
El feminismo, a pesar de todo, goza en nuestro país de una vibrante vitalidad gracias a redes de pensadoras, militantes, académicas, miles y miles de trabajadoras y ciudadanas de a pie, investigadoras… Ahí están plataformas como la PAP, Confluencia Feminista, Contra el borrado de las mujeres, Women’s Declaration International España… y ahora el feminismo organizado ha propiciado el surgimiento de una formación Partido Feministas al Congreso, PFAC, que en su programa defiende rotundamente la agenda feminista y habla de forma Clara de las necesidades y de los problemas de más de la mitad de la sociedad: abolir el sistema prostitucional, incluyendo la pornografía, defender una educación no sexista entre chicos y chicas, generar normativas que impidan la explotación de mujeres y la compraventa de criaturas, blindar la categoría sexo para que las normas transgeneristas no neutralicen los derechos de las mujeres, derribar la brecha salarial, etc., etc. ¡Mujeres del mundo, no desaprovechemos esta oportunidad!
Sabemos que el origen de lo que ahora es la UE —el Mercado (Común)— respondía a las necesidades del capitalismo … Somos conscientes de que las elecciones en la neoliberal UE están muy condicionadas y que hacer política no es tarea sencilla por la presencia de lobbies e intereses corporativos… Sin embargo es importante lograr representación en Bruselas, conseguir una punta de lanza que propicie la presencia de otros partidos feministas…Porque en Europa sobra supremacismo masculino, guerrero, xenófobo, depredador… ajeno a las necesidades de más de la mitad de la población, indiferente a la tragedia de miles de gentes de fuera, distante de colectivos que no sean las élites… Europa rebosa visión androcéntrica del mundo, sobra patriarcado… Va siendo hora de que la agenda feminista este presente, de que la voz de las mujeres se respete, de que los votos posibiliten capacidad de negociar… Porque urge que se tipifique como delito la violencia contra las mujeres, —como la violación, sea o no mediante pago, en cualquier país de la UE (y del mundo)—; de que se generalicen los modelos nórdicos abolicionistas; es preciso que se tomen medidas en todos los países contra la explotación reproductiva de las mujeres, de que se anulen leyes de “autodeterminación de sexo”, que atentan contra los derechos de las mujeres duramente conseguidos, de que se consigan recursos para hacer realidad igual salario por igual trabajo, hay que socializar los cuidados, propiciar sociedades igualitarias y en paz… ¡Mujeres, formemos también nosotras una piña alrededor de la agenda feminista que defiende PFAC!
Ojalá los resultados estén a la altura del esfuerzo que la formación política está desplegando: desde la consecución de avales y acreditaciones para poder, simplemente, presentarse a las elecciones, a una potente actividad tanto de las cabezas de lista como de las bases para dar a conocer el programa, para hacerse oír… ante el silencio de los grandes medios de comunicación…En cualquier caso, el trabajo no será en vano porque el feminismo saldrá fortalecido por la actividad y el debate de miles de mujeres… ¡lo necesitamos, porque el tajo es grande!
¡Mujeres del mundo, unámonos el 9 de junio! ¡Juntas haremos historia!
