El Club Bilderberg se reúne en Madrid

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La 70ª reunión anual del Club Bilderberg, representación de las élites globales tuvo lugar en el hotel Mirasierra de Madrid entre el 31 de mayo y el 2 de junio, es la tercera vez que se celebra en el Reino de España, las anteriores fueron en La Toja (1989) y Sitges (2010).

Aparte del hermetismo en declaraciones de los participantes característico de sus reuniones sobre los temas clave tratados siguiendo la Regla del Chatham House: «los participantes son libres de utilizar la información recibida, pero no se puede revelar la identidad ni la afiliación del orador ni de ningún otro participante», la agenda programada versó sobre el estado y seguridad de la inteligencia artificial, la situación de Oriente Próximo, el conflicto militar en Ucrania, los desafíos económicos que sufren la UE y EEUU, el panorama político de EEUU junto a y cómo no iba a ser menos el recurrente desafío que representan China y Rusia para la anglosfera.

Como país anfitrión, España tuvo una amplia representación compuesta por miembros del Gobierno, José Manuel Albares, ministro de Exteriores, Carlos Cuerpo, ministro de Economía, junto al gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos y la actual presidenta del Banco Europeo de Inversiones, Nadia Calviño. De la esfera política asistió Idelfonso Castro, secretario de Asuntos Internacionales del PP, del mundo empresarial un nutrido grupo: Ana Botín presidenta del Banco Santander, única presidenta ejecutiva del Ibex 35; la presidenta de Coca-Cola Europacific Partners, Sol Daurella; el CEO de la constructora Acciona, José Manuel Entrecanales y el presidente del grupo Planeta y Atresmedia, José Creuheras. Completaron el listado, el director de El Español, Pedro J. Ramírez, y el presidente del Real Instituto Elcano, José Juan Ruiz.

Entre los invitados extranjeros, el infaltable habitué en las reuniones del Club Bilderberg, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenbergr acompañado por el subsecretario general adjunto de Innovación de la OTAN, James Appathurai; representantes de la UE como el presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe; el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel; el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea para el Pacto Verde europeo y Relaciones Interinstitucionales y Previsión, Maroš Šefčovič; los comisarios europeos de Economía, Paolo Gentiloni; de Acción por el Clima, Wopke Hoekstra, y de Interior, Ylva Johansson,

Los presidentes finlandés, Alexander Stubb; la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas; el exprimer ministro italiano Mario Monti; el primer ministro saliente de Países Bajos, Mark Rutte; José Manuel Durao Barroso expresidente de la Comisión Europea y presidente del Goldman Sachs Internacional

Ministros europeos en activo como el finlandés Anders Adlercreutz (Asuntos Exteriores), el ministro alemán Marco Buschmann (Justicia); el irlandés Simon Coveney (Empresa, Comercio y Empleo); el polaco Andrzej Domański (Inversiones); la griega, Niki Kerameus (Interior); la francesa Agnès Pannier-Runacher (Transición Energética) y el turco Mehmet Şimşek (Finanzas).

Consejeros delegados (ceos), fundadores y presidentes de decenas de grandes grupos empresariales y fondos de inversión a nivel internacional como los ceos de Pfizer, Albert Bourla; de Ryanair Group, Michael O’Leary; de Deutsche Bank AG, Christian Sewing; Musafa Suleyman (Microsoft IA), Murray Auchincloss (BP); Daniel Ek (Spotify); Mark J. Carney (Brookfield), David H. Petraeus (KKR Global Institute), Jane Fraser (Citigroup), Stacey Abrams (Sage), Roger C. Altman (Evercore), Marco Alverà (zhero.net). Figuras empresariales como Valérie Baudson (Amundi); Lorenzo Bini Smaghi (Societé Générale); Charlene de Carvalho (Heineken), Demis Hassabis (Google DeepMind), Colm Kelleher (UBS), Kasia Kieli (Warner Bros), Patrick Pouyanné (TotalEnergies), Wael Sawan (Shell)

Del otro lado del Atlántico acudieron el subsecretario del Tesoro de EEUU, Adewale Adeyemo; el comandante general del Ejército de EEUU en Europa, Christopher G. Cavoli; el director de Tecnología y Seguridad Nacional de EEUU, Tarun Chhabra; el ministro de Innovación canadiense, François-Philippe Champagne; y la directora de la Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de Infraestructuras, Jen Easterly, entre otros.

La aristocracia del propósito

El término élite se asocia a clase dominante o a quienes exhiben su supremacía en un determinado ámbito y así hablamos según su sector de predominio de la élite «económica» de un país, de una élite «política» que agrupa a los principales dirigentes o de una élite «cultural o intelectual» que integra a académicos, intelectuales y artistas que ejercen influencia sobre la sociedad, para llegar finalmente a una confluencia supranacional con las élites «globales».

Más allá del sesgo conspiratorio que le podamos asignar, son expresión del capitalismo contemporáneo, del estallido de sus crisis cíclicas, su evolución y de sus soluciones. Esta Premier League de Clubes manifiesta un carácter multidimensional: es tanto político y económico como ideológico. Destaca su internacionalización: así como el capitalismo es global, estos foros sumamente seleccionados en sus componentes e invitados, les permiten a la vez generar:

1°. Un sentido de pertenencia a una categoría social, una clase aristocrática económica y política sin sangre azul o como la define Daniel Estulin una «aristocracy of Purpose» (la aristocracia del propósito) sobre la mejor forma de manejar el planeta entre las élites de Europa occidental y Norteamérica,

2°. Una capacidad de vasos comunicantes demostrada, de operar en connivencia con organizaciones que forman parte del entramado de la gobernanza mundial y la geopolítica del poder económico a nivel global, léase FMI, OMC, World Bank, Reserva Federal.

3°. La capacidad, con la excusa de la crisis financiera 2007-2008, de validar la desigualdad social actual en el mundo deslegitimando el modelo de bienestar (Welfare State) surgido de las políticas keynesianas de 1945 tras las II Guerra Mundial, que ya estaba paulatinamente reducido tras la desintegración de la URSS.

4° La habilidad de crear un «capital social» basado en redes sociales de confianza; para transmitir, en definitiva, el privilegio económico, una meritocrática basada en el darwinismo educativo y en la apología del mérito (autonomía personal, mérito, talento), mediante un sistema educativo global, basado en la movilidad internacional y jerarquización en función de la demanda de las élites.

El periodista norteamericano James P. Tucker, resume el poder del Club en una sola frase: «Dios puede haber creado el universo pero en lo que respecta al planeta Tierra, el mensaje del Club Bilderberg a Dios es sencillamente éste: ‘Gracias pero a partir de ahora nos encargaremos nosotros».

Como decía el inspirador del Club Bilderberg, David Rockefeller: «Estamos al borde de una transformación global. Todo lo que necesitamos es una gran crisis y las naciones aceptarán el Nuevo Orden Mundial».

1 COMENTARIO

  1. «La Toja», no: «A Toxa» o «Illa da Toxa» los topónimos no se traducen.

    Por lo demás… nada más que añadir

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