La clase trabajadora europea llamada a filas para defender los intereses económicos de USA

0

Como en la parábola de la rana en agua hervida, los trabajadores europeos (al menos los que aún no hayan sido definitivamente estupidizados por la insistente propaganda) observamos con enorme inquietud cómo el conjunto de los Estados afines a la Alianza Atlántica va creando el proceso dialéctico de pequeños cambios cuantitativos que agregados se encaminan hacia el salto cualitativo en el que ya no será posible distinguir a los fascistas de las personas normales.

Y no me refiero a no distinguir a un fascista disimulado, como ocurrió en Canadá cuando se aplaudió en su Parlamento a un nazi de las SS -un mal día lo tiene cualquiera- para luego pedir disculpas. No, me refiero a normalizar en la sociedad la ignorancia, la idiocia, el ahistoricismo, la intolerancia, el razonamiento visceral que deriva en odio, y en especial el miedo. De manera que los famosos principios de la propaganda goebbelsiana sean el pan nuestro de cada medio y ya ni lo sintamos.

Como el enclenque domador que a base de palos va doblegando al poderoso elefante, el miedo hace que la clase trabajadora europea haya olvidado su capacidad y recula hacia la jaula humillando la cabeza. La gotita en la cabeza de esta tortura viene en cada noticiero. En breve será delito afirmar que hubo historia en Palestina antes del 7 de octubre del año pasado o en Ucrania antes del 24 de febrero de 2022. Y no sólo será delito sino que procurarán hasta vacunarnos, para que no caigamos en ello.

La población europea debe ser vacunada contra las opiniones consideradas «malignas», propuso esta semana la presidenta de la Comisión Europea, doña Ursula von der Leyen, en un discurso realizado en la Cumbre sobre la Democracia de Copenhague, en el que explicó su plan «Escudo Europeo de la Democracia» cuya finalidad es «detectar la desinformación y hacer que nuestras sociedades sean más resilientes» (¿resilientes a la influencia del pensamiento propio, quizás?).

Provoca risa sardónica que la presidenta europea recurra a la comparación con las vacunas, dado su transparente e irreprochable historial en la materia, tanto en el apartado personal como en el público, como gestora en la pandemia.

Tengamos en cuenta que si hemos superado el sabotaje de los gasoductos que surtían a Europa de gas como si los hubiesen roído los cangrejos, tampoco es para preocuparse el uso de estrategias coercitivas e intrusivas para manipular psicológicamente o lavar el cerebro a la población europea, como se comentaba ayer en este mismo medio.

Tampoco es inquietante que se hayan producido el magnicidio de un presidente y el intento de un primer ministro. O que otro haya recibido una llamada amenazante de un compañero político europeo.

El condicionamiento hacia la situación de guerra es facilitado por los mandatarios de los países del «orden basado en reglas» y ya animan a su guerrero subrogado, Ucrania, a que se lance a atacar territorios dentro de la Federación Rusa. A los ya conocidos como Reino Unido, Francia o Canadá se unió ayer Alemania.

Para no perder comba en esta disputa por ver quién dice la barbaridad más cínica, la número uno de la lista de Sumar a las Europeas, soltó ayer esta perla: «tanto Netanyahu como Putin niegan el derecho a la vida de aquellos a quienes previamente han deshumanizado«. Si no lo creen, les dejo el enlace al video, donde además verán a Manu Pineda ejerciendo de la habitual presencia trasera del orador, dentro de la costumbre woke que se estila hoy. Eso sí, con su pañuelo palestino.

¿De dónde saca estas ideas tan peregrinas la candidata de Sumar? ¿Del thinktank que codirige junto a figuras como Felipe González o Javier Solana?

Piensan que somos idiotas, que no sabemos ni dónde estamos de pie, que no podemos leer la prensa aún no censurada y comprobar que la relación comercial con Israel existe, que acabamos de firmar un acuerdo por miles de millones con Ucrania. Que llevan décadas deshumanizando ¡ellos! a Rusia o a China, mientras disimulaban las barbaries de sus aliados imperialistas, las masacres, las injerencias, los bloqueos.

¿A quién interesa este despropósito? ¿Quiénes son los que se están enriqueciendo con cotas de recórd histórico? ¿Qué clase social es la que vive preparando las vacaciones como si no sucediera nada mientras otros apenas alcanzamos para pagar el alquiler?

¿Y hasta cuándo vamos los trabajadores y trabajadoras a permanecer callados? ¿Cuándo vamos a darnos cuenta de que para un elefante el látigo del domador es insignificante y nos decidiremos a derribar la jaula?

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.