Que los otanistas no nos roben el Primero de Mayo

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Hubo un tiempo en que de los partidos y sindicatos españoles surgían mujeres y hombres de esos que se dice están hechos de otra pasta. Cuadros cuya sola presencia insuflaba valor al más decaído. Pero hoy esos partidos y sindicatos están controlados por peleles anodinos, inocuos, que han permitido que sus organizaciones sean domadas, dobladas y domesticadas.

Han pasado 12 años desde que los sindicatos convocaron de manera conjunta una jornada de huelga general. Y no precisamente por falta de motivos.

  • España es el país que lidera la pobreza infantil en Europa.
  • Cientos de miles de personas esperan ser operadas en inacabables listas sanitarias, en los peores registros que existen.
  • La tasa de paro se mantiene en niveles inaceptables y los empleos se enfrentan a condiciones cada vez peores.
  • La educación universitaria es un lujo inalcanzable para muchas familias y el expolio de los centros privados aumenta.
  • Es necesario dedicar la mayor parte de un salario medio a pagar un alquiler o una hipoteca.
  • Las subidas de precios convierten en mísero cualquier pensión o sueldo.

Cualquiera de estos motivos hubiera podido ser suficiente, por sí solo, para convocar una jornada de huelga. En cambio, sí se movilizaron por la performance del presidente Pedro Sánchez. Salieron a las calles para defender a su presidente de lo que consideraron un caso de «lawfare» y para reivindicar la permanencia de su Gobierno, que estiman necesario para «normalizar y ensanchar la democracia».

Ese «ensanchamiento de la democracia» ignora la grave situación internacional en la que nos encontramos. El Gobierno nos ha alineado en el bando de la Alianza Atlántica en una guerra contra un supuesto enemigo, Rusia, para intentar solventar la crisis del decadente imperialismo de la única forma que conoce, la violencia. Por si fuera poco, España vende armas al régimen sionista que está perpetrando la horrible masacre y genocidio del pueblo palestino.

El gasto militar alcanza ya niveles de una obscenidad impúdica, exigida por norma por la Unión Europea a través del dinero público de los Estados. Mientras tanto, las grandes empresas (como las nuestras del IBEX) disparan sus beneficios con cifras récord y los fondos de inversión hacen que sus accionistas se froten las manos. Todo ello mientras se hacen los idiotas y ocultan bajo la alfombra escándalos imposibles de ocultar como los explosionados gasoductos Nord Stream 2.

Estos vendeobreros, verdaderos mercenarios del imperialismo, bienpagados de sus amos yanquis, pretenden ahora además usurpar el día internacional de los trabajadores.

Creen que los trabajadores somos estúpidos y pueden tomarnos el pelo indefinidamente, sin que nos percatemos de sus engaños. Pero los comunistas sabemos, gracias a los avances en los estudios sociales desarrollados principalmente por Marx, Engels y Lenin, que los Estados capitalistas son un instrumento de dominación de la clase dominante sobre la clase trabajadora. Y ellos están sobrecargando ese uso del Estado por encima de sus posibilidades de engañar.

Tenemos en nuestra mano quitarles la careta y desembarazarnos de ese engaño. Porque más poderoso que todos los engaños y todas las tretas del imperialismo es la fuerza del pueblo unido.

Salgamos mañana a manifestarnos por el futuro de nuestros hijos, por los servicios públicos, por el derecho a la vivienda, por las pensiones, por el trabajo digno.

Pero sobre todo exijamos la paz, reivindiquemos el fin del absurdo gasto militar. No habría cosa que más daño hiciera hoy al imperialismo que exigir el fin de las guerras y del genocidio.

QUEREMOS PAZ. QUEREMOS QUE EL GASTO DE LAS ARMAS SE DEDIQUE A MEJORAR LA VIDA DE LOS TRABAJADORES.

¡VIVA EL PRIMERO DE MAYO! ¡QUE VIVA LA LUCHA DE LA CLASE OBRERA!

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