Vaya por delante que este artículo no pretende “usurpar” funciones a nuestro nuevo compañero, responsable de la sección de Cultura de este medio, al que aprovecho para dar la bienvenida y desearle todos los éxitos posibles. En un mundo cada vez más mercantilizado, la cultura como bien revolucionario será de todas o no será.
Dicho esto, quería hablaros sin pretensiones de un libro que me ha emocionado profundamente desde muchos puntos de vista: como lectora empedernida, como mujer y como feminista.
Se trata del Premio Nadal de Novela 2021, “El lunes nos querrán”, de Najat el Hachmi. El único gran premio literario de novela en este país que no ha caído en la estupidez mercantil, en la banalidad o en el postureo. Cabe recordar que la primera vez que se otorgó fue a una mujer, Carmen Laforet, por esa maravilla que es “Nada”.
Najat nos propone acompañar en la adolescencia y el camino a la madurez a una chica de ascendencia marroquí de un barrio humilde de Barcelona. Y en ese viaje lleno de durísima realidad, de sensibilidad y de inteligencia nos podemos reconocer todas las mujeres. Najat desgrana no solo los cerrojos que la cultura marroquí y la religión musulmana imponen a las mujeres y que no son muy distintos de los que impusieron a nuestras madres y abuelas la religión católica y el franquismo, sino también los más sutiles pero igualmente reconocibles del mundo occidental moderno.
La protagonista huye de las imposiciones culturales y religiosas de su familia y entorno a través de las trampas de la elección aparentemente libre que nos ofrece esta sociedad, que sigue siendo profundamente machista en el fondo aunque menos en las formas.
En este libro tan deliciosamente escrito late como en pocos la universalidad del anhelo de reconocernos y ser reconocidas como personas, y por lo tanto la universalidad del machismo y cómo condiciona no solo nuestras vidas, sino cómo nos percibimos a nosotras mismas. La enorme dificultad de desprendernos de esa baba apestosa que es el género, descubrir que a las mujeres no nos quieren pero que también nos fuerzan a no querernos a nosotras mismas. Por eso el feminismo sería un “El lunes nos querremos”. Y libros como este hacen que sea mucho más fácil.
