La sombra de la corrupción vuelve a planear sobre el ejecutivo ucraniano dirigido por el, cada día más cuestionado, presidente, Vladimir Zelenski. A las últimas derrotas en el frente, se une el hartazgo de unas potencias occidentales cansadas de haber invertido miles de millones de dólares que, en muchos casos, han acabado en manos privadas debido a la escandalosa corrupción de un gobierno que cada vez se muestra más indigno ante sus propios ciudadanos, que mueren en el frente mientras sus dirigentes se enriquecen a costa de su sufrimiento.
Para intentarlavar su merecida imagen, Vladímir Zelenski, ha decidido destituir al ministro de Defensa, Alexéi Réznikov, al que sustituirá sin embargo, por otro personaje bajo sospecha como lo es Rustem Umerov, quien hasta ahora dirigía el Fondo de Propiedad Estatal.
Para anunciar su decisión, Zelenski ha hecho uso de su canal de Telegram, desde donde ha manifestado su decisión afirmando que «el Ministerio necesita nuevos enfoques y otros formatos de interacción tanto con los militares como con la sociedad en su conjunto. Rustem Umérov debería dirigir ahora el departamento. La Rada Suprema de Ucrania conoce bien a este hombre, y el señor Umérov no necesita presentaciones adicionales. Espero que el Parlamento apoye esta candidatura».
Así, los escándalos de corrupción ponen punto y final al mandato de Réznikov, en pleno desastre por la hasta ahora fallida contraofensiva ucrania, en un nuevo capítulo del desastre al que se encamina este país europeo.
