Nos ha dejado el dibujante, ilustrador e historietista Francisco Ibáñez. La noticia se hacía pública por Penguin España a través de su cuenta oficial de Twitter:
«Con enorme tristeza desde Penguin Random House Grupo Editorial comunicamos que está mañana ha fallecido en Barcelona el gran dibujante e historietista Francisco Ibáñez».
Para el mundo de la cultura es un día aciago, ya que con Ibáñez se nos marcha uno de los dibujantes más conocidos de España, el creador de incontables viñetas e historietas y el padre de Mortadelo y Filemón, que acercó a la lectura a varias generaciones de personas en nuestro país.
De las mano de este extraordinario dibujante y desde el 20 de enero de 1958, millones de personas se sintieron reconfortada con las disparatadas historias protagonizadas por los mencionados Mortadelo y Filemón, El botones Sacarino, Rompetechos, Pepe Gotera, Otilio y 13, rue del Percebe.
En sus historietas, aparentemente descabelladas y plagadas de absurdos desternillantes, se traslucen críticas demoledoras al ambiente social y político del tardo franquismo, a su grisura deprimente y a sus ínfulas de imperialismo castrado e ingenuo.
El Súper, la T. I. A, el doctor Bacterio…… Todos y cada uno de los personajes y las criaturas de Ibáñez seguirán poblando la imaginación onírica de varias generaciones, las que crecieron entre las páginas de sus cómics, entre las risotadas y la incredulidad que provocaban sus peripecias.
Los personajes de Ibáñez eran la viva personificación del anti héroe, del perdedor, del fracasado, pero su creador supo darles un toque de ternura, un aroma de amor, de compasión y de esperanza contra toda esperanza a todas sus criaturas. Nunca las dejó morir en su fracaso, en su bucle de antiheroicidad, muy al contrario, las imprimió vida a través del humor y desde la compasión.
Francisco Ibáñez ha fallecido para nosotros, pero sigue vivo para sus creaciones a las que les toca tomar el mando e invertir el orden de los factores recreando las historietas desde el principio.
El mundo del tebeo español y del cómic guarda desde siempre un secreto, una maraña de mundos en los que pululan y conviven creadores y criaturas sine die.
Que el viaje a tu nueva morada, a tu próxima historieta, te sea leve, Francisco Ibáñez.
