Más madera: la multiplicación del gasto militar en Europa

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El complejo armamentístico necesita muchas y sucesivas guerras. Necesita aumento de tensiones, nuevas hipótesis de conflictos, nuevas amenazas. Bajo estas condiciones crece. Se necesitan más municiones, el equipamiento militar obsoleto tiene que ser reemplazado, armas más poderosas tienen que ser desarrolladas, más dinero tiene que ser asignado a la defensa en los presupuestos nacionales.

Según informa el SIPRI, el gasto militar mundial total aumentó un 3,7 % en términos reales en 2022, para alcanzar un nuevo máximo de 2.240.000 millones de dólares. El gasto militar en Europa experimentó su mayor aumento interanual en al menos 30 años. Algunos de los aumentos más pronunciados se observaron en Finlandia (+36 %), Lituania (+27 %), Suecia (+12 %) y Polonia (+11 %).

La Comisión Europea en su línea belicista ha destinado 1,2 millardos[1] de euros a un grupo inicial de 71 proyectos destinados a la investigación y desarrollo relacionados con los aviones de combate, los vehículos blindados y los buques, la tecnología espacial, la tecnología de la información, la nube militar o la inteligencia artificial.

La Resolución del Parlamento Europeo de 18 de enero de 2023 dice «Desde 2017 se han puesto en marcha un total de proyectos PESCO (Permanent Structured Cooperation), ninguno de los cuales ha logrado resultados tangibles», así como enterarse de que «aunque la ambición de la UE de convertirse en un actor de seguridad capaz se remonta a más de veinte años atrás, los resultados en términos de capacidad, interoperabilidad y cooperación rentable siguen siendo muy limitados». Esencialmente, si se aplicaran todos los aumentos de gasto anunciados, el gasto total en defensa de la UE aumentaría en otros 70 millardos de euros de aquí a 2025.

Medidas presupuestarias de la UE.

El informe 2022 Coordinated Annual Review on Defence (CARD) señala que menos del 20% de todas las inversiones efectuadas en programas de defensa se realizan en régimen de cooperación, lo cual indica que esta sigue siendo la excepción y no la regla.

Borrell ha creado, junto con el Comisario Europeo de Industria, Thierry Breton, un nuevo instrumento denominado European Defence Industry Reinforcement through Common Procurement Act (EDIRPA), destinado a facilitar e incentivar las adquisiciones conjuntas y dotado con 500 millones de euros para el período 2022-2024, con el fin de ayudar a la industria bélica a aumentar su capacidad de producción, se autojustifican: «Mientras la guerra hace estragos en las fronteras de Europa, respondemos al llamamiento de los jefes de Estado de la Unión Europea presentando hoy un nuevo instrumento para apoyar a escala europea las adquisiciones conjuntas de armamento. Además de ayudar a reponer parte de los arsenales tras la transferencia de armas a Ucrania, proponemos un incentivo implementado a través del presupuesto de la UE para propiciar que los Estados miembros compren juntos». Y de nuevo para fomentar la cooperación en materia de defensa, el Fondo Europeo de Defensa (FED) asigna 1,2 millardos de euros a proyectos colaborativos de investigación y desarrollo en materia de defensa, y por si fuera poco introduce una serie de nuevas medidas para promover la innovación en materia de defensa en el marco del Plan de Innovación de la UE en materia de Defensa (EUDIS).

Se da el caso que en 2015 se creó un Grupo de Personalidades sobre Investigación en Defensa (GdP) con ausencia total de representantes de la sociedad civil y el mundo académico, ello sugiere que la intención era crear un grupo de presión capaz de influir no sólo en los procesos políticos de la Unión Europea, sino también en las decisiones sobre las prioridades de financiación. El grupo incluía, además de la entonces jefa de la política exterior de la UE Federica Mogherini, a los consejeros delegados de Indra, MBDA, Saab, Airbus, BAE Systems, Finmeccanica y dos miembros representantes de institutos de investigación privados que se ocupan de investigación militar (TNO y Fraunhofer-Gesellschaft).

Como escribe Rossana de Simone: «El sistema de producción de armamento ya no es un simple apéndice del mecanismo de producción y reproducción capitalista, sino parte integrante del mismo» y añade: «Una cosa es cierta: la guerra en tanto que necesidad económica es sin duda buena para la rentabilidad de las acciones de los mayores contratistas de defensa del mundo (Boeing, Raytheon, Lockheed Martin, Northrop Grumman y General Dynamics).»

La operación militar especial en Ucrania ha empujado a Europa no solo de tener 6 sedes de bombarderos nucleares de la OTAN en el continente, o a formalizar nuevos ejercicios militares conjuntos con EEUU (como Finlandia), sino que muchos países europeos han incrementado su presupuesto en armamento y defensa en detrimento de otros servicios públicos ya conocidos: sanidad, educación, vivienda pública… en los presupuestos generales.

Algunos ejemplos de países integrantes de la OTAN:

Alemania El nuevo ministro Boris Pistorius dijo recientemente en una entrevista que el nuevo fondo especial de Defensa de € 100.000 millones no sería suficiente para modernizar las fuerzas armadas (Bundeswehr)

Gran Bretaña aumentará el gasto en defensa (el 4° más grande del mundo) en más de 1.210 millones de dólares para evitar un recorte en términos reales en los próximos dos años.

Francia: El presupuesto de defensa para 2023 añade 3.000 millones para financiar la «economía de guerra«.

Italia: el Gobierno italiano de la primera ministra Giorgia Meloni parece dispuesto a seguir por la senda trazada por su predecesor, que consiste en aumentar el presupuesto de defensa hasta alcanzar el objetivo del 2% del PIB para 2028.

España: El presupuesto de Defensa se dispara un 26,3% según desglosamos más adelante.

Noruega anunció que aportará este año 340 millones de dólares adicionales para reforzar sus fuerzas militares en el norte, cerca de la frontera con Rusia.

Finlandia, recién incorporada aumentará su gasto militar en un 20% en 2023, incrementándolo al 2,25% del PIB.

Polonia, disputando la hegemonía militar de Alemania en la UE, está recurriendo a grandes acuerdos armamentísticos con Corea del Sur para establecerse como superpotencia militar en Europa oriental. El plan es aumentar el gasto en defensa en un 2,6% del PIB. Con 17.000 millones de dólares de nuevos contratos con EE.UU. y Corea del Sur, ya ha alcanzado el 2,5% del PIB.

Lituania eleva el presupuesto de Defensa para 2022 al 2,52% del PIB, exigencia de la OTAN dirigida a todos los aliados.

Suecia en proceso de incorporación a la OTAN planea aumentar el gasto militar hasta el 2% del PIB ante la amenaza de Rusia, el doble de lo que gastaba.

La posición actual de la Unión Europea en materia de política exterior y defensa parte de la cumbre de la OTAN celebrada en Madrid el 29-30 de junio de 2022, durante la cual se acordó la ampliación del área de interés de la Alianza a China y el Indo-Pacífico, es decir, más allá del Atlántico Norte al que se refiere el Tratado que dio origen a la misma en 1949: «La OTAN es la alianza militar más poderosa del mundo y es exclusivamente defensiva». La OTAN asumió la tarea de velar por la estabilización político-militar mundial a tenor del Art. 4 (intervención en Bosnia en 1995) y del Art. 5, que considera un ataque directo a un país miembro como un ataque a todos los miembros de la Alianza. Así pues, la cooperación UE-OTAN es un pilar fundamental de la seguridad europea.

La Declaración Conjunta UE-OTAN de enero de 2023 reiteró que «este es un momento clave para la seguridad y la estabilidad euroatlánticas, que demuestra más que nunca la importancia del vínculo transatlántico, lo cual exige una cooperación más estrecha entre la UE y la OTAN» y, por lo tanto, es necesario seguir «apoyando plenamente el derecho inherente de Ucrania a la autodefensa y a elegir su propio destino».

El caso paradigmático del Gobierno español de ser el más militarista de la democracia.

Partiendo de que cualquier consideración se basa en la pertenencia de España a la UE y la OTAN, Juan Carlos Rois escribe que España gastará en 2023 más de 48.800 millones de euros en gasto militar, y compara el gasto militar español con otras partidas del gasto público español, el gasto militar supone más de 230 veces el dinero que se destina a atender al Ingreso mínimo vital, más de 2,17 veces lo que se destina a atender a todas las prestaciones de desempleo, más de 10,5 veces lo que se destina a atender el total de gasto de pensiones no contributivas para las personas en peor situación, más de 50 veces lo que se destina a inmigración, más de 14 veces lo que se destina a todas las políticas de vivienda juntas, más de 27.000 veces que se destina a atención a familias vulnerables, más de 8.005 veces lo que se destina a asilo, más de 1.252 veces lo que se destina a acompañamiento educativo a familias y alumnos vulnerables, más de 11.795 veces lo destinado a educación compensatoria, 255 veces lo destinado a infantil y primaria y más de lo que se destina a la suma de los ministerios de Asuntos económicos, Agricultura-Pesca y alimentación, Ciencia e innovación, Consumo, Cultura y deporte, Derechos sociales, Educación y Formación profesional, Exteriores, Igualdad, industria, justicia, presidencia, política territorial, sanidad y Universidades juntos.


[1] Un Millardo es el número natural equivalente a mil millones (1.000 000 000)​

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