Israel asesina 5 veces más palestinos que en el mismo período de tiempo del pasado año

3

¿Qué pensarías si el presidente de un país animase públicamente a sus ciudadanos a armarse, y a emplear esas armas contra un sector de la población de una condición étnica y religiosa diferente? Como mínimo, que se trata de un criminal que por hacer tales declaraciones debería estar en la cárcel.

Por desgracia no es ficción. Y ese CRIMINAL no está en la cárcel. El pasado 30 de marzo, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, hizo tales declaraciones. Y han tenido respuesta.

En lo que llevamos de 2022, Israel ha asesinado a 47 palestinos y palestinas. De entre ellos 8 niños. Una cifra 5 veces mayor que en el mismo período de 2021. No eran soldados, eran civiles, hombres, mujeres y niños. El mayor número de estos asesinatos se han producido a raíz de las declaraciones de ese CRIMINAL.

Una de las asesinadas era Ghada, una mujer de 45, madre de 4 hijos, viuda y con una ceguera parcial. Cometió el delito de cruzar un check-point para ir a visitar a un familiar cerca de Belén. Le disparó un soldado sionista y la dejaron desangrarse tirada en el suelo. Ejemplos como el de Ghada se cuentan por cientos.

También, desde las declaraciones del CRIMINAL SIONISTA, se han intensificado los ataques en Jerusalén y en otras ciudades cercanas. No por casualidad estas declaraciones las hizo justo un día antes del comienzo del Ramadán, cuando la actividad y el rezo en la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén es más intensa, y el tráfico de fieles es mayor. Ha habido incursiones de soldados sionistas en los patios interiores de la mezquita, con un saldo de 200 heridos y más de 400 arrestados. ¿Su crimen? El rezo. Los soldados han llevado a cabo una represión brutal a las personas que se encontraban en la mezquita, con gases lacrimógenos, ataduras de pies y manos, y todo tipo de agresiones físicas.

Esta situación no es nueva, ya que periódicamente los asaltos a los lugares sagrados, no solamente los musulmanes sino también los cristianos, tienen lugar en Jerusalén. El sionismo no distingue entre musulmanes y cristianos. Se trata de un sistema de opresión y colonización sustentado en la expoliación de los recursos de un pueblo y la masacre de este pueblo: el palestino.

Mientras los países aliados de Israel están muy ocupados enviando armas a Ucrania, e imponiendo sanciones a Rusia, hacen oídos sordos de lo que desde hace años reclama el activismo a favor de la causa palestina: sanciones a Israel. Es un claro ejemplo de la hipocresía occidental. A Rusia sí. A Israel, que lleva décadas masacrando palestinos, incumpliendo resoluciones de las Naciones Unidas y la legislación internacional en materia de derechos humanos, no. Jamás han movido un dedo más allá de tímidas palabras vacías de hechos cuando han caído bombas sobre Gaza.

No aplican sanciones a Israel simplemente porque Israel es un aliado estratégico en Oriente Medio para Estados Unidos. Y ya sabemos que lo que Estados Unidos dicta, el resto lo acata. Y si no, que le pregunten al pueblo saharaui.