El próximo 18 de enero comenzará la subasta de la Villa de la Aurora, donde se encuentra la considerada única pintura mural de Michelangelo Merisi Caravaggio, uno de los grandes maestros del “Cinquecento”. La pintura decora la bóveda de una pequeña sala a la que se accede por una estrecha escalera de caracol y representa a Júpiter, Plutón y Neptuno, con el globo terrestre en el centro rodeado por los signos del zodiaco. Aunque el nombre del palacio se debe a la bóveda pintada al fresco por Guercino que representa el carro de la Aurora y que se encuentra a escasos metros de otra sala del siglo XVI, la de los Paisajes, en la que se pueden observar las obras de cuatro pintores se «desafiaron» entre sí: Domenichino, Paul Bril, Giambattista Viola y Guercino. Fue Giovani Francesco Barbieri, más conocido como Guercino, quien ganó «el premio»: pintar el resto de la villa.
La petición lanzada en la plataforma Change.org para que el Estado compre la «Villa de la Aurora», hasta ahora en manos de la actriz estadounidense Rita Jenrette, viuda del aristócrata Nicolò Boncompagni Ludovisi, fallecido en 2018, ha alcanzado las 35.000 firmas, pero también se ha movido el ministro de Bienes Culturales, Dario Franceschini, quien ha hablado con el jefe de Gobierno, Mario Draghi y el ministro de Economía y Finanzas, Daniele Franco, para consultar al ejecutivo si quiere actuar en el asunto ya que se trata de una joya nacional.
Las leyes italianas obligan a vender el palacio antes de que el gobierno pueda ejercer su derecho de preferencia y adquirirlo pujando más alto. Se estima en casi 500 millones de € el valor del palacio. Estamos ante un caso de especulación con un tesoro nacional ya que la intención de adquirirlo por parte del estado podría repercutir en el aumento del precio, por eso el ejecutivo de Draghi guarda silencio.
