Desde el PCTE rechazan la sentencia al considerarla un ataque frontal contra los intereses de la clase obrera, ya que tendría como principal objetivo dividirla y fomentar las posturas nacionalistas.
El catalán en las aulas, alegan, como lengua vehicular no ha sido nunca un problema, todo lo contrario, ha significado la posibilidad de reforzar una sola identidad obrera en Cataluña gracias al conocimiento, acreditado por las diferentes pruebas de nivel entre el alumnado, de las dos lenguas.
El PCTC reivindicándose como fiel continuador del hilo rojo catalán es heredero de la tradición de lucha a favor de la escuela pública catalana, de situar la lucha de clases en el debate central de la política para defender los intereses comunes de todos y todas las obreras, vengan de donde vengan y hablen la lengua que hablen. En este sentido, siempre se ha opuesto y se opondrán a las políticas educativas del nacionalismo catalán en pro de subvencionar las escuelas privadas y segregar la clase obrera en función de sus ingresos y barrios donde habita.
Convergència i Unió en su momento ya intentó boicotear el nacimiento de la escuela pública catalana y la normalización del catalán, apostando por un modelo de educación concertado que pretendía condenar a los hijos de la clase trabajadora castellanohablantes y catalanohablantes a estudiar en escuelas diferentes, programa que ha sido reciclado por sectores del nacionalismo español que reclaman diferente presencia del castellano en las escuelas públicas en función del barrio donde vivas.
ERC, a quien califican como partido socioliberal que busca el mantenimiento del capitalismo y sus desigualdades, no podrá nunca defender el catalán, precisamente porque sus posturas nacionalistas agitan los chovinismos, porque sus políticas liberales segregan la población y porque su intolerable política educativa fomenta la destrucción de la escuela pública y beneficia la privada, factores todos ellas que abonan el campo por la segregación lingüística.
Desde el PCTC hacen un llamamiento al conjunto de la clase obrera a no dejarse contaminar por las posturas nacionalistas catalanas ni españolas. Consideran que el catalán es un rico patrimonio de la clase y que el modelo de inmersión lingüística, construido en base al esfuerzo y la lucha de los trabajadores y las trabajadoras de la enseñanza con un fuerte papel del PSUC histórico durante la Transición, ha demostrado su potencial para garantizar el conocimiento de las dos lenguas entre todos los hijos y las hijas de la clase obrera y para evitar su segregación escolar, por lo que llaman a defenderla.
