UBER no, gràcies

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Juan Carlos Vesga, taxista de Bilbao.

Después de escuchar recientemente al director general de UBER en España en distintos programas de radio, cualquier oyente poco informado podría pensar que sin UBER la gente no es capaz de conseguir un taxi y se ve condenada a ir andando, pero la realidad es que cuando se marcharon de Barcelona nadie les echó de menos, están muy lejos de constituir un servicio esencial o imprescindible como lo es el TAXI porque no disponen del elemento principal para serlo: una flota de vehículos con conductores profesionales.

Esta empresa virtual, que por carecer carece de todo tipo de flota y de una red de oficinas de atención al cliente que el TAXI sí posee en cientos de asociaciones y radioemisoras repartidas por todo el país, no tiene más clientes que aquellos que ha arrebatado por todo el mundo al sector del taxi por el medio tan simple de disponer de una aplicación famosa, pero más famosa por los conflictos que provoca el deficiente servicio que proporciona y la esclavitud a la que somete a los conductores que le dan servicio, que por bondades de las que por completo carece.

Anuncia ahora esta empresa virtual su “filantrópica” intención de volver a Barcelona para volver a invadir la cartera de clientes a los que el taxi ya está dando su servicio profesional centenario, para arrebatárselos otra vez y devolvérselos a cambio de la “módica” comisión del 12% que en palabras de su director general es casi un regalo porque tan sólo les llega para cubrir gastos justito, justito.

Cualquier oyente poco informado podría pensar que UBER se ha convertido en una ONG benefactora y salvadora del TAXI, pero la realidad conocida por compañeros de otros países indica que pasará muy poco tiempo antes de que esta empresa aumente sus comisiones exprimiendo y explotando cada vez más a sus conductores, que en algunos lugares están ya tan sometidos y esclavizados por las condiciones y objetivos leoninos exigidos, que se ven obligados a vivir y dormir dentro del coche. UBER es pan para hoy y esclavitud para mañana y su director general es un encantador de serpientes que canta como las sirenas que atraían a los barcos para que se estrellaran contra las rocas.

Como loba que se disfraza de cordera se presenta ahora esta “humoempresa” como paladín de la ecología, preocupada por los muchos miles de coches particulares que a diario contaminan las calles de Barcelona. Pensarán que hemos olvidado que cuando profanaron Barcelona por primera vez lo hicieron bajo el ardid de la falsa economía colaborativa, pretendiendo que cualquier conductor particular pudiera ser taxista a su servicio, aberración que tuvo que ser desmontada en tribunales a instancias de los propios taxistas ante la pasividad cómplice de la Administración.

Pensarán también que hemos olvidado su deseo de liberalizar por completo la concesión de licencias de taxi con la ayuda de una infame CNMC, pretensión rechazada por el Tribunal Supremo y que también tuvo que ser desmontada gracias a la acción del sector del TAXI, obligado una vez más por estos depredadores a invertir y gastar recursos que no tiene en su defensa.

Es una decisión individual que no depende de ninguna asociación, y puede ser inevitable que haya taxistas y floteros que sucumban a los cantos de la sirena. No obstante, el hecho de que una minoría de taxistas pueda echarse en brazos del lobo no es lo preocupante. Su director general dijo claramente que si los taxistas no trabajan para ellos, ellos trabajarán con VTC’s, lo cual no deja de ser un claro chantaje.

No se escondió tampoco al declarar que para qué iban a dejar de trabajar con VTC’s en Madrid si con ellos les iba tan ricamente. Es un reconocimiento tan explícito de que nunca van a proporcionar lealtad a nada que no sea su filosofía ultraliberal antihumanista que antepone el máximo beneficio con el mínimo gasto a costa de hacer trampas, a costa de la explotación de usuarios y conductores, a costa de lo que sea, por encima de cualquier consideración ética y moral, que hay que felicitar al director general por ser tan sincero.

Cada día tengo más claro que por intereses comunes, las autonomías no quisieron enfrentarse a un decreto Ábalos posiblemente inconstitucional que invadía competencias autonómicas y municipales.

Por tanto, además de las reclamaciones patrimoniales al estado que puedan corresponder por una legislación lesiva para el TAXI que ya están en marcha, la clave está en que cada autonomía asuma las competencias que no quiso asumir con el decreto y al término de la injusta moratoria en él contemplada, procedan a la separación clara y efectiva del sector del TAXI del de las VTC’s, bien por medio de la precontratación, el 1/30 o devolviéndolas a su segmento de lujo tradicional y al transporte entre Comunidades Autónomas para las VTC’s concedidas al amparo de la trama Ómnibus.

Todas las revoluciones industriales y tecnológicas provocaron desigualdad y precariedad en sus inicios. Sólo las luchas obreras consiguieron que el reparto fuera más justo.

Con la digitalización pasa lo mismo, es una nueva revolución que traerá beneficios para todos si se vuelve a luchar para que no caigan del lado de unos pocos. UBER necesita al sector del TAXI, pero el TAXI no necesita a UBER, necesita una aplicación propia del sector. En nuestra mano está.

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