¿Qué es el feminismo de clase?

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El tema de si es el feminismo compatible con el marxismo y existe un feminismo de clase independiente al feminismo se debe analizar en profundidad empezando por las condiciones materiales que permitieron el nacimiento del patriarcado: la propiedad privada y la herencia. Debemos luchar contra el patriarcado, contra la doble opresión que sufrimos las mujeres (de género y de clase), pero teniendo en cuenta que la única forma de atajar el problema es vincular la lucha por la emancipación de la mujer a la lucha por la emancipación de clase. La defensa de un supuesto “feminismo de clase”, o un feminismo que lleve a la liberación de la mujer mediante la lucha de clases es algo que se defiende desde una amalgama ideológica muy amplia, desde el anarquismo a socialdemócratas llegando a comunistas. Es necesario al feminismo de clase preguntar de qué clase.

Gracias a estudios antropológicos recientes sabemos que, contrariamente a lo que se afirma desde el feminismo, el origen de la opresión a la mujer es consecuencia de la aparición de la propiedad privada, el concepto de familia/matrimonio monógamo y, posteriormente, la instauración de la sociedad de clases. La subyugación de la mujer en la sociedad de clases no es más que la reproducción de los roles dentro del marco de la sociedad de clases, la materialización del modelo de producción. Es por ello que únicamente con el socialismo, con la abolición de la propiedad privada, el fin de la herencia y la educación de los niños a partir del estado se podrá eliminar el problema desde su raíz. La única forma de eliminar la explotación de la mujer es cambiar esas circunstancias que la engendraron, ciñéndonos a un análisis materialista de la cuestión de la mujer. Lo contrario sería apostar por que la situación de la explotación de la mujer se resuelva en el capitalismo de forma completa y definitiva, pretender que una idea pueda cambiar la realidad sin tener en cuenta las condiciones materiales, que es lo que defiende el feminismo. Nada más lejos de la realidad, en palabras de Lenin “el reformismo significa en la práctica renuncia al marxismo y sustitución de esta doctrina por la política social burguesa”. Por otro lado, pretender separar la lucha por la emancipación de la mujer de la lucha por la emancipación de la clase obrera de la cual forma parte es separar la lucha por los derechos de la mujer de las masas. Flaco favor le están haciendo a la liberación de la mujer haciendo quedar a la gente que sí quiere cambiar las cosas como una minoría marginal ajena al mundo actual.

¿Significa esto que llegado el socialismo el problema de la mujer se solucionará de facto? Evidentemente no. Mediante el fin de la explotación del hombre por el hombre dadas las condiciones de fin de la propiedad privada buscamos que se den las condiciones materiales para la destrucción del patriarcado y la consiguiente reeducación de la sociedad, con el fin de que finalice la opresión a la mujer por parte del hombre. La sociedad no se transforma por arte de magia de la noche a la mañana, se realiza mediante un proceso dialéctico que se mantiene en el tiempo en constante cambio. Entonces, llegado el socialismo no se solucionará de facto el problema de la mujer, es necesaria una reeducación integral de la sociedad, que debe necesariamente sostenerse en unas condiciones materiales idóneas para la liberación completa de las mujeres. Pretender que esa reeducación quede en manos de un movimiento dócil y contrarrevolucionario y esperar que se dé en el capitalismo es idealista y que lo defiendan corrientes comunistas únicamente muestra un revisionismo exacerbado.

Es nuestra tarea como comunistas alejar a todas las mujeres obreras de los dogmas del feminismo como un conjunto heterogéneo de movimientos sociales y políticos para acercarlas a posturas verdaderamente revolucionarias. Eso no significa abandonar la cuestión de la mujer desde el marxismo, sino más bien no dejarla en manos del feminismo. En palabras de Lenin “El reformismo es una manera que la burguesía tiene de engañar a los obreros, que seguirán siendo esclavos asalariados, pese a algunas mejoras aisladas, mientras subsista el dominio del capital”. El feminismo responde a la perfección a la concepción de Lenin de reformismo; quienes creen que el feminismo va a acabar con nuestra opresión mediante la igualdad jurídica formal son profundamente idealistas, el feminismo actualmente sirve para alejar a las masas obreras de la lucha de clases y de posiciones revolucionarias.

La opresión a la mujer es un producto social y su transformación exige la transformación de la sociedad, algo que es imposible para ningún movimiento reformista. El capitalismo, como se apuntaba anteriormente, únicamente es capaz de dotar a las mujeres de igualdad jurídica formal, jamás podrá emanciparnos. No quiero decir con esto que no hay que hacer nada hasta que llegue el socialismo, esto carece de sentido pues no se puede pretender dejar relegada a la mitad de la clase obrera esperando a que llegue el socialismo. Se debe involucrar a la mujer en la lucha de clases, es decir, en la lucha por sus derechos, ya que en la lucha por la emancipación de la clase obrera no se puede desechar partes de la lucha de clases, se debe emprender en su totalidad; para que pueda darse el salto cualitativo debe darse antes saltos cuantitativos.

“El comunismo sólo y únicamente puede ser realizado mediante la lucha común de las mujeres y hombres del proletariado explotado contra los privilegios, el poder de los hombres y mujeres de clases poseedoras y explotadoras” Clara Zetkin.

“La historia de la lucha de las mujeres trabajadoras por mejorar sus condiciones laborales y por una vida más digna es la historia de la lucha del proletariado por su liberación”. Alexandra Kollontai.

“La experiencia de todos los movimientos liberadores confirma que el éxito de la revolución depende del grado en que participen las mujeres” Lenin.

¿Entonces, existe un feminismo “de clase” independiente del feminismo burgués? La respuesta es no. Todos el movimiento feminista, tenga la etiqueta “de clase” o no es burgués. Asumir los aportes que hace el feminismo es abrir la puerta a la docilidad y renunciar a la esencia revolucionaria. Definirse como comunista y feminista no es más que otra manera de revisar el marxismo, porque destruye su esencia revolucionaria. No existe el feminismo de clase, sino un análisis marxista de la cuestión de la mujer, el estudio de la evolución del problema. El feminismo es contrarrevolucionario, incompatible con el marxismo. La labor del feminismo es desvirtuar la cuestión de la mujer llevándola al absurdo, intentan implantar sus medidas y apuestas y llevan a lo irracional sus posicionamientos haciendo un trabajo contrario a lo que dicen defender. Los obreros terminan hartos de persecuciones, linchamientos, falsedades y acaban renegando de todo el feminismo.

Kollontai fue muy clara: “El objetivo final de las mujeres proletarias no evita, por supuesto, el deseo que tiene de mejorar su situación incluso dentro del marco del sistema burgués actual. Pero la realización de estos deseos está constantemente dificultada por los obstáculos que derivan de la naturaleza misma del capitalismo. Una mujer puede tener igualdad de derechos y ser verdaderamente libre sólo en un mundo de trabajo socializado, de armonía y justicia. Las feministas no están dispuestas a comprender esto y son incapaces de hacerlo. Les parece que cuando la igualdad sea formalmente aceptada por la letra de la ley serán capaces de conseguir un lugar cómodo para ellas en el viejo mundo de la opresión, la esclavitud y la servidumbre, de las lágrimas y las dificultades”.

A menudo se intenta justificar que el marxismo ignora la cuestión femenina. Es falso, existen obras completas que tratan el asunto y han sido muchos los teóricos y teóricas comunistas que han dedicado trabajo y esfuerzo a hablar de ello. Quienes aportan estos argumentos no quieren más que alimentar esa bestia negra que han hecho crecer en torno al comunismo.

A modo de conclusión, el feminismo como movimiento no es más que una estrategia de gobiernos y empresas capitalistas para separar las luchas, desorganizar a aquellos que les preocupan y quedarse con un movimiento dócil y pacífico que puedan controlar. Es nuestro deber como comunistas confrontar al movimiento feminista y atraer a todas las mujeres obreras a la lucha de clases. No se trata de abrazar al movimiento feminista y relegar en él la cuestión femenina, sino de hacer autocrítica de qué estamos haciendo mal para que se abrace un discurso que cada vez se vuelve más reaccionario y que da la espalda al marxismo. Debemos combatir la existencia de las ideas de la burguesía en el seno de clase obrera, de otra manera jamás conseguiremos llevar la lucha hasta la última de sus consecuencias.

2 COMENTARIOS

  1. Cuanto machismo y odio al feminismo en este artículo, el cual carece del analisis marxista del que alardea. Ni si quiera es capaz de responder a la cuestión que plantea. El artículo sólo descalifica al movimiento feminista. A quién lo escribe le falta actualizarse en cuanto a las fuentes, pues se quedo sólo con «El origen de la familia, la propiedad privada y el estado” de Engels.

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