13.- Estrategia y táctica
Otro aporte de Lenin y de sus seguidores será sus estudios y análisis sobre táctica y estrategia. Ideas estas tomadas de la teoría militar, recordemos que Lenin era un estudioso de la obra de Clausewitz. ¿Qué entendía él y la dirección bolchevique con estos dos conceptos? Por estrategia entendían la actuación de la clase obrera, sus aliados y sus organizaciones políticas y sindicales en el largo plazo. Para ello era muy necesario conocer en qué momento del desarrollo social se estaba, y conociendo sus características elaborar una planificación en la defensa de los derechos del pueblo trabajador, el objetivo era hacer prevalecer sus intereses frente a la oligarquía burguesa y sus representantes políticos. Esto explica los diferentes cambios de análisis, de consignas, de alianzas, de propuestas que realizará el partido bolchevique a lo largo de su devenir histórico, aunque puede que cuando mejor se compruebe sea entre los meses de febrero y octubre de 1917.
En esa dirección estratégica es muy importante conocer cuál es la correlación de fuerzas entre las distintas clases sociales, el contexto internacional y los aliados que pueden servir para hacer avanzar a las clases proletarias y populares (campesinado, clases medias, sectores de la burguesía que pueden apoyar las posiciones del pueblo trabajador, situación en las colonias y/o países dependientes, contradicciones en el seno de la burguesía oligárquica, etc.).
Sin embargo, a lo largo de esa etapa pueden darse avances y retrocesos organizativos e ideológicos en el seno del movimiento, así como en su proyección social. Aquí es donde entraría el concepto de táctica. Por táctica se entiende qué debe de hacer el partido, los sindicatos y las organizaciones populares en cada uno de estos momentos de avance y/o retroceso (huelgas, manifestaciones, campañas de información, mayor incidencia en el trabajo sindical, etc.), para no hacer peligrar esos objetivos estratégicos planteados más arriba y lograr su consecución en el largo plazo. La táctica es el arte del análisis de las coyunturas, saber discernir cómo están imbricados en un momento preciso los distintos elementos que conforman la articulación social.
Evidentemente, para dominar estos dos principios que el pensamiento leninista introduce en el pensamiento político, es necesario realizar análisis muy certeros y muy precisos de la realidad social. Aquí es donde cobra sentido esa frase de Lenin de “análisis concretos de las realidades concretas”.
Una vez visto este apartado, cabe preguntarse, ¿apoya el leninismo pactos con la burguesía o la simple realización de reformas proponga quien las proponga? La respuesta es que sí, siempre y cuando sirvan para la consecución de los objetivos estratégicos, y no su venta. Pactos que pueden servir para dividir al campo burgués, o para hacer avanzar las posiciones de organización y conciencia de los trabajadores, o conseguir mejoras en sus vidas.
