Si actuamos como ellos, les hacemos mejores

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Ellos, la derecha española, no tienen escrúpulos ni desean tenerlos. Son mentirosos, egoístas, despiadados y genocidas. Son los que ganaron la guerra mutilando, violando, asesinando e inundando de cadáveres las cunetas y fosas. Son los que consiguieron sostener a un dictador durante cuatro décadas para beneficio suyo y atraso del resto del país con policías, jueces y políticos que encarcelaban, torturaban y apaleaban sin piedad. Son los que después protegieron, ensalzaron y sostuvieron al heredero del dictador, un delincuente múltiple, y lo hicieron asesinando, torturando, violando y mintiendo.

A ellos, les importa un pimiento si cada vez hay más millones de niños en el umbral de la pobreza, si se desmantela el Estado del Bienestar, si la riqueza proviene de armas, guerras o explotación. No vacilan al expoliar la sanidad, la educación o la investigación públicas, en su propio beneficio, privatizando y concertando todo cuando alcanzan sus zarpas. No titubean al vender al por mayor, previa comisión y/o puerta giratoria, el Estado del Bienestar, aunque suponga en sí mismo desmantelar el Estado y reducirlo tan al mínimo posible, para beneficio propio, de multinacionales y de individuos repugnantes, que ni siquiera se pueda fabricar una mascarilla sin pagar.

A ellos, lo que les importa es el cochazo, el piso, el buen salario, la bandera en el balcón y el fajo o la comisión en el paraíso fiscal. Poco les supone si ello procede de una espantosa dictadura que puso fin a la democracia tras una cruel y asimétrica guerra con franquistas, fascistas y nazis a un lado y ciudadanos por el otro. Ningún remordimiento les genera que haya que apoyar a siniestros personajes como Pinochet o que se necesite arrojar disidentes por los aviones; menos aún importa vender millones de refugiados al filonazi Erdogan o millones de toneladas de armas a sátrapas y sanguinarios dictadores de Oriente Próximo que están cometiendo la mayor catástrofe de los últimos tiempos; no les importa que al año fallezcan más de cien millones de personas de hambre y otros más de ochocientos millones sufran hambre crónica; porque a ellos solo les importa el dinero: el Producto Interior Bruto.

Sus reyes son corruptos y delincuentes múltiples y reincidentes y están al servicio de las élites, las potencias extranjeras y las multinacionales.

Sus líderes e ídolos son tipos como Amancio Ortega, que dona dinero mientras gobiernos títeres escriben las normas según sus designios para que pueda evadir legalmente el pago de impuestos y sus empresas puedan explotar impunemente mujeres, niños y refugiados por el mundo. O Florentino Pérez. O Emilio y Ana Patricia Botín…

Sus partidos políticos son el PP y el PSOE, además de Ciudadanos, Vox o lo que en cada momento haya que organizar, y sus políticos son siniestros personajes como Felipe González, José María Aznar, Mariano Rajoy o José Luis Rodríguez Zapatero –sí, este también, ¿o ya olvidaste el 135?–. Los de la Guerra de Irak, el Prestige, el Yak-42, el ‘Alvia de Santiago’, el metro de Valencia, el 11-M y la corrupción interminable en España, Madrid, Andalucía o Valencia. Son los de trenes sin pasajeros, aeropuertos sin viajeros, submarinos que no flotan, EREs y contabilidad paralela.

Su guardia pretoriana la conforman varias divisiones de periodistas liderados por Ana Rosa Quintana, Susanna Griso o Antonio García Ferreras en medios como El País, Antena 3, La Sexta, Telecinco o La Ser. Unos los encuentras frente a la Izquierda, los otros trabajan en la propia Izquierda como Quinta Columna.

Y sí, he incluido al PSOE, porque si piensas que el partido que se autocalifica socialista y afirma defender a los obreros españoles es diferente de la derecha española, recuerda quién pidió el verano pasado a once comunidades autónomas que rebajaran el presupuesto en Sanidad. Recuerda quién aprobó el artículo 135. Recuerda quién ha concertado lo público de forma salvaje y lo sostiene, no solo en la sanidad, sino también en la educación. Recuerda quién ha gobernado 23 años en este país sin revertir, ni pretenderlo, todo lo que la derecha avanza. Recuerda quién mantiene la Reforma Laboral o la Ley Mordaza. Recuerda quién organizó los GAL que asesinaban ciudadanos. Recuerda quién impide que se investigue a Juan Carlos I o a Villarejo. Recuerda quién impide un referéndum por la República, quién apoyó el 155 o quién olvida la España Federal… No dejes de recordar, porque el PSOE consolida lo que el PP dinamita, y lo hace con unas ligeras concesiones en un movimiento tan sincronizado como perverso.

¿Sigues sin creerlo? Ahí tienes a Margarita Robles: “Hay que aumentar el Ejército a 127.000 efectivos”, hace solo unas semanas; “La Legión representa lo mejor de la Historia de España”, en septiembre pasado; «El gasto militar es gasto social», en diciembre de 2018, tras aprobar 12.500 millones de euros en armas, la mayoría sin necesidad; “Arabia Saudí es un país serio y fiable”, en verano del 2018, cuando se vendieron bombas inteligentes al sanguinario régimen saudí.

Nosotros no somos como ellos, no pretendemos lo que ellos. Queremos llegar al poder para reinstaurar la República violada, mutilada y asesinada. Queremos llegar al poder para reconstruir lo público en beneficio de todos. Queremos llegar al poder para que los pobres sean menos pobres y los ricos menos ricos. Queremos llegar al poder para que las élites franquistas que gobiernan España paguen por sus crímenes, devuelvan los expoliado y sean juzgados. Queremos llegar al poder parar abrir las fosas comunes y devolver a las familias víctimas del franquismo la dignidad que les fue arrebatada primero y negada después. Queremos llegar al poder para reformar la Constitución, derogar la ley de Amnistía y que los pueblos de España puedan decidir su futuro en igualdad y hermandad. Queremos llegar al poder, en definitiva, por y para conseguir justicia en todos los sentidos.

Porque no somos como ellos, porque no queremos lo mismo que ellos, no podemos actuar como ellos. No podemos someternos a los principios políticos de Maquiavelo. No todo vale con tal de llegar al poder y sostener un Gobierno. No podemos defender lo que ayer atacábamos. No podemos ser peones del Régimen, porque defender al PSOE es defender al Régimen.

Nosotros debemos aceptar la crítica y fomentar la autocrítica. Nosotros debemos ser ejemplares. Nosotros debemos cumplir con lo prometido.

Por eso, nosotros debemos dimitir cuando hacemos las cosas mal, porque no buscamos el cargo ni el beneficio, y dejamos paso a otra compañera o compañero con el pesar del error cometido no con la vergüenza del error cometido y después negado y ocultado. No debemos de escondemos tras absurdas excusas ni debemos caer en la negación de las evidencias. Porque nosotros debemos ir a la política de paso y no pretender perpetuarnos, pues perseguimos el bien colectivo, no el individual, y nos debemos ir antes de que nos echen de donde realmente no debemos tener interés en estar y después de haber puesto todo el corazón en construir algo mejor que lo que nos rodea.

Porque si hiciéramos todo o una parte de lo que hacen ellos, seríamos como ellos. Nos convertiríamos en ellos. Y les haríamos mejores. Porque si actuáramos como ellos, todo lo que ellos hacen quedaría justificado. Quedaría automáticamente legitimado y sería envuelto de una credibilidad que nosotros mismos le habríamos regalado. Es lo que durante años se ha llamado: “y tú más” o “todo antes que tú”. Y es lo que ha permitido que el Régimen siga intacto más de ochenta años después.

Nosotros debemos ser, ante todo, dignos, críticos, generosos, ejemplares y coherentes, porque no estamos ahí por ni para nosotros. Estamos ahí por y para la gente.

Luis Gonzalo Segura es exteniente del Ejército de Tierra expulsado por denunciar corrupción, abusos y malas prácticas y autor de las novelas Un paso al frente (2014) y Código rojo (2015) y los ensayos El libro negro del Ejército español (2017), En la guarida de la bestia (2019) y El ejército de Vox (2020).

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