Los supermercados nos engañan con falsos descuentos

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Rubén Sánchez

Atención: oferta. El litro de aceite de oliva virgen extra a 7 euros. Antes se vendía por 10 euros, así que es un maravilloso descuento del 30%, 3 euros menos. Carteles contando cosas como esta los vemos cada vez que entramos en un supermercado. Pero muchas veces, tienen truco. O más bien, tienen fraude.

Imagina que ayer, efectivamente, ese aceite se vendía por 10 euros. Pero antes de ayer, su precio eran los mismos 7 euros de hoy. Es verdad que de ayer a hoy han aplicado un descuento. Pero resulta evidente que lo han hecho para lanzar la oferta publicitaria.

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea acaba de confirmar que este tipo de prácticas son contrarias a la normativa comunitaria de protección de los consumidores. Una asociación de consumidores alemana denunció a la cadena de supermercados Aldi Süd por subir precios con el objetivo de bajarlos posteriormente indicando que se trataba de una oferta. El caso llegó al alto tribunal europeo y su sentencia deja las cosas bien claras al sector de los supermercados en toda la Unión.

La legislación comunitaria, de hecho, es clarísima al respecto. En España, el precepto está recogido en nuestra ley de comercio. Su artículo 20 dice que  “siempre que se oferten artículos con reducción de precio, deberá figurar con claridad, en cada uno de ellos, el precio anterior junto con el precio reducido”. ¿Y cuál será el precio anterior? Pues ojo a esto: será “el menor que hubiese sido aplicado sobre productos idénticos en los treinta días precedentes”.

Es decir, el precio en oferta solo puede compararse con el precio más bajo que hubiese tenido el producto en cuestión en los treinta días anteriores a su lanzamiento. Si ese producto ha tenido siete precios distintos durante ese periodo, el supermercado solo puede anunciar una oferta de descuento si compara el nuevo precio con el más bajo de todos ellos.

El problema es que las cadenas van a seguir saltándose la ley si las autoridades de consumo no controlan sus ofertas. Y esos controles no se pueden hacer con una visita a un supermercado. Es necesario tener monitorizados los precios a diario para saber si las ofertas de descuento son reales o un fraude. Estamos a punto de finalizar el primer cuarto del siglo XXI y las administraciones que tienen que vigilar el mercado no tienen una herramienta para rastrear online a diario los precios de los súper. En fin, así nos va…

Por cierto, a mediados de 2023, desde FACUA denunciamos a Lidl por un fraude similar al que ha sentenciado ahora el tribunal europeo. Pillamos a la cadena anunciando como rebajados productos que en realidad seguían teniendo el mismo precio que antes. El pasado abril, Catalunya nos comunicó que le había abierto expediente sancionador, pero a día de hoy todavía no nos ha indicando si lo ha resuelto ni la cuantía de la multa. Cuando se trata de proteger a los consumidores de fraudes masivos, la reacción de las administraciones siempre es extraordinariamente lenta… Y ya veremos si la multa es ejemplarizante, o lo de siempre.

Soy Rubén Sánchez y en ocasiones veo fraudes.

Editorial del episodio 51 del pódcast En Ocasiones Veo Fraudes

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