En materia fiscal existen dos términos: evasión fiscal, es un delito tributario cuya arbitrariedad supone una conducta contraria a las leyes y al Derecho que lleva aparejada una serie de consecuencias jurídicas, mientras que la elusión fiscal es una maniobra legal válida amparándose en el ordenamiento jurídico sin caer en delito fiscal para disminuir la cuantía tributaria, cuya discrecionalidad implica una la posibilidad de optar en opciones lícitas, mediante una estrategia de ingeniería fiscal muy agresiva cuyo objeto es disminuir la cuantía de la misma, formas de acumulación e inversión que conforman lo que se denomina Capitalismo Neoliberal financiero.
Las multinacionales pagan un 20% menos de lo que deberían, según las Naciones Unidas, En el marco de la fiscalidad transfronteriza hay estados que ofrecen un tratamiento tributario más favorable cuyo ejemplo en la UE los casos más conocidos son los de Irlanda y Holanda.
La elusión fiscal se ampara en un sistema de ingeniería fiscal que incluye facilitadores (bufetes de abogados y asesores fiscales), al sistema financiero (bancos, aseguradoras, entidades de inversión), las imprecisiones del conjunto de normas tributarias de cada país o bien las diversas lagunas legales entre jurisdicciones nacionales intracomunitarias pueden reducir significativamente la carga fiscal. Otras consisten en la manipulación de los precios de las transacciones que ocurren dentro de un grupo económico (precios de transferencia).
Herramientas BEPS
El BEPS, erosión de la base imponible y el traslado de beneficios (por sus siglas en inglés) se refiere a las estrategias de planificación fiscal corporativa utilizadas por las multinacionales para «desplazar» los beneficios de jurisdicciones con impuestos más altos a jurisdicciones con impuestos más bajos o lugares sin impuestos donde hay poca o ninguna actividad económica, «erosionando» así la «base imponible» de las jurisdicciones con impuestos más altos mediante pagos deducibles como intereses o regalías.
Las actividades BEPS cuestan a los países entre 100.000 y 240.000 millones de dólares en ingresos perdidos cada año, lo que supone entre el 4 y el 10% de la recaudación mundial de impuestos sobre la renta corporativa. Se alega que las herramientas BEPS están asociadas principalmente a las multinacionales estadounidenses de tecnología y ciencias de la vida.
Se identifican tres técnicas BEPS principales utilizadas para «trasladar» beneficios a un paraíso fiscal corporativo a través de herramientas BEPS compatibles con la OCDE.
Las herramientas BEPS basadas en TP , [ d ] trasladan las ganancias al paraíso al afirmar que un proceso realizado en el paraíso (por ejemplo, la fabricación por contrato ), justifica un gran aumento en el precio de transferencia («TP») al que el paraíso cobra el producto terminado a jurisdicciones con impuestos más altos.
A) Herramientas BEPS basadas en la propiedad intelectual. Permiten extraer beneficios mediante el cobro transfronterizo de activos de propiedad intelectual virtuales internos (conocido como «cobro de propiedad intelectual entre grupos”).
La propiedad intelectual registrada y los activos intangibles es muy amplia, incluye: patentes; conocimientos técnicos y secretos comerciales; marcas comerciales, nombres comerciales y marcas comerciales; derechos en virtud de contratos y licencias gubernamentales; licencias; y fondo de comercio.
¿Qué puede considerarse propiedad intelectual? Marcas, patentes y procesos comerciales. Facilitan que algunas empresas pueden trasladar sus beneficios a una jurisdicción fiscal más favorable simplemente creando una filial que posea los derechos de propiedad intelectual y cobre al resto de la empresa por su uso. Ikea o Starbucks crean una filial donde depositan sus derechos de marca, en un país como puede ser Holanda donde esos derechos apenas tributan (mecanismo conocido como el “sándwich neerlandés”. Luego aplican internacionalmente en los precios de sus productos un porcentaje por dichos derechos de marca, lo que proporciona que esa parte de sus ingresos que prácticamente libre de tributación.
B) Herramientas BEPS basadas en deuda , que permiten extraer ganancias mediante el cobro transfronterizo de intereses artificialmente altos (conocido como «eliminación de ganancias«)
C) Herramientas BEPS basadas en el precio de transferencia, trasladan las ganancias al paraíso al afirmar que un proceso realizado en el paraíso (por ejemplo, la fabricación por contrato ), justifica un gran aumento en el precio de transferencia al que el paraíso cobra el producto terminado a jurisdicciones con impuestos más altos.
Holanda
El sándwich holandés es la estrategia de elusión de impuestos sobre sociedades, especialmente utilizada por algunas corporaciones multinacionales estadounidenses para trasladar ganancias provenientes de países de la UE a paraísos fiscales extraterritoriales y evitar los regímenes de retención de impuestos de la UE creados para evitar movimientos con las ganancias de origen europeo a los paraísos fiscales, basado en que la mayoría de los países de la UE permite los pagos de regalías realizados a otros países de la UE sin someterse a retenciones fiscales.
De esta manera logran, en apariencia, generar gastos de consultoría (imposibles de verificar o tasar), o el pago de altos intereses por préstamos entre empresas del mismo grupo, que carecen de necesidad real. Muy común es el pago de beneficios por marcas, patentes y propiedad intelectual que en realidad es propia, pero cuya titularidad figura en cabeza de otra empresa del grupo. Otro de los mecanismos utilizados es ampararse en acuerdos internacionales para evitar la doble imposición, que terminan generando la doble no-imposición.
Irlanda
El país por excelencia para fijar las sedes europeas de las principales empresas tecnológicas. Técnicas conocidas como el “doble irlandés” (Double Irish arrangement) se basaban en transferir los beneficios de las regalías de patentes a lugares como Irlanda.
Fue una herramienta de elusion fiscal corporativa de erosión de la base imponible y traslado de beneficios (BEPS) utilizada principalmente por multinacionales de los Estados Unidos desde fines de la década de 1980 para evitar impuestos corporativos sobre ganancias no estadounidenses.
¿Por qué las ventas que realizan en España pagan los impuestos en Irlanda?, otra bonanza que nos endosa la UE, la libertad de establecimiento de empresa en el país que queramos siempre y cuando cumplamos las legislaciones vigentes en cada uno de los países y las correspondientes directivas europeas.
La primera opción que buscan estos gigantes tecnológicos para establecer su filial europea o la propia empresa creada, es el país que tenga los impuestos directos más bajos o la legislación más favorable para el tipo de actividad que se realiza. La UE permite la competencia fiscal entre Estados, cada país tiene unos porcentajes de impuestos diferentes, como es lógico las empresas buscarán siempre el país con impuestos más bajos de manera preferente. En el caso irlandés, las empresas pagan un 12,5% en concepto de impuesto de sociedades sobre su beneficio, frente al 30% que se paga en España de manera general.
El mecanismo era el siguiente: se utiliza una compañía irlandesa (IRL2) que está legalmente constituida en Irlanda (por lo tanto, el código fiscal de EE. UU. la considera extranjera), pero es «administrada y controlada» desde por ejemplo Bermuda (por lo tanto, el código fiscal irlandés lo considera extranjera). Una tercera compañía holandesa en medio (como una rebanada en un sándwich) se utiliza para mover dinero a esta empresa irlandesa (IRL2), sin incurrir en retención fiscal en la cuenta de Irlanda.
Ejemplo del doble irlandés, en 2016, Facebook registró ingresos globales de 27 mil millones de dólares, mientras que Facebook en Irlanda pagó 30 millones de euros en impuestos irlandeses sobre ingresos irlandeses de 13 mil millones de euros (aproximadamente la mitad de todos los ingresos globales). De manera similar, cuando la UE introdujo las regulaciones GDPR (Reglamento General de Protección de Datos) en 2018, Facebook reveló que todas sus cuentas no estadounidenses (alrededor de 1.9 mil millones, de las cuales 1.5 mil millones no eran de la UE), estaban legalmente radicadas en Dublín.
Estados Unidos fue uno de los pocos países que no utilizó un sistema impositivo «territorial» y gravaba a las corporaciones sobre todas las ganancias, sin importar si la ganancia se obtenía fuera de Estados Unidos o no, en contraste con los sistemas impositivos «territoriales» que gravan solo las ganancias obtenidas dentro de ese país.
En el proceso de acumulación capitalista los académicos fiscales estadounidenses demostraron ya en 1994 que el uso de herramientas BEPS por parte de las multinacionales estadounidenses había maximizado los ingresos del Tesoro estadounidense a largo plazo y el retorno para los accionistas, a expensas de otros países.
El doble irlandés representa la mayor herramienta de evasión fiscal en la historia. Para 2010, estaba protegiendo de impuestos 100 mil millones de dólares anuales en ganancias extranjeras de multinacionales estadounidenses, y fue la principal herramienta mediante la cual las multinacionales estadounidenses acumularon reservas offshore no gravadas de 1 billón de dólares entre 2004 y 2018.
La Comisión Europea en octubre de 2014 obligó a Irlanda a cerrar el esquema, a partir de enero de 2015. Sin embargo, a los usuarios de esquemas existentes, como Apple , Google , Facebook y Pfizer, se les dio hasta enero de 2020 para cerrarlos. En el momento del anuncio del cierre, se conoció que las multinacionales contaban con herramientas BEPS sustitutivas en Irlanda, el Single Malt (2014), y las CAIA (Capital Allowances for Intangible Assets), desgravación fiscal por activos intangibles (2009). Muchas multinacionales estadounidenses en Irlanda utilizan «sociedades de responsabilidad limitada» (ULC), que no presentan cuentas públicas ante la CRO (Oficina de Registro de Empresas) irlandesa.
Efectos de las BEPS
La Tax Justice Network (Red de Justicia Fiscal) estimó que las ganancias de $660 mil millones se «desplazaron» en 2015 debido a la reestructuración de la “economía del duende” [1] de Apple en el primer trimestre de 2015, la transacción BEPS individual más grande de la historia. En enero de 2017, la OCDE estimó que las herramientas BEPS son responsables de pérdidas fiscales de alrededor de $100–240 mil millones por año.
A medida que la economía está cambiando para volverse más digital y basada en el conocimiento, los modelos de propiedad intelectual tienden a ser materia prima de la elusión fiscal y son responsables de los mayores flujos de ingresos BEPS globales. La mayor parte de la actividad BEPS está asociada con industrias con propiedad intelectual, tecnológicas (Apple, Google, Microsoft, Oracle), ciencias de la vida (Allergan, Medtronic, Pfizer y Merck & Co).
Los activos intangibles como patentes, diseños, marcas comerciales y derechos de autor suelen ser fáciles de identificar, valorar y transferir, por lo que son atractivos en las estructuras de planificación fiscal para empresas multinacionales, especialmente porque estos derechos generalmente no están limitados geográficamente y, por lo tanto, son muy móviles. Como resultado, pueden reubicarse sin costos significativos utilizando estructuras de licencias planificadas.
Varias empresas multinacionales utilizan modelos de estructuración de la propiedad intelectual para separar la propiedad, financiación, mantenimiento y derechos de uso de activos intangibles de las actividades reales y la ubicación física de los activos intangibles para operar de manera que los ingresos generados por los intangibles en una ubicación se reciban en otra ubicación con un régimen impositivo bajo o nulo.
Las multinacionales, por ejemplo, pueden establecer compañías de licencias y de tenencia de patentes adecuadas para ubicaciones offshore para adquirir, explotar, licenciar o sublicenciar derechos de propiedad intelectual para sus subsidiarias extranjeras. Luego, las ganancias pueden transferirse de la subsidiaria extranjera a la compañía propietaria de la patente offshore, donde se aplican bajos o nulos impuestos sobre las regalías obtenidas.
Estas compañías también pueden usarse para evitar las altas retenciones de impuestos que normalmente se cobran sobre las regalías que provienen del país en el que se derivan, además, pueden reducirse mediante tratados de doble imposición entre países.
Las empresas multinacionales pueden aprovechar una infraestructura de investigación atractiva y generosos incentivos fiscales para I+D en un país para luego beneficiarse en otro de tipos impositivos bajos sobre los ingresos derivados de la explotación de activos intangibles.
En lo que se refiere a España, las pérdidas para el fisco llegan a los 5.000 millones de euros anuales. Se estima que el impuesto de sociedades recauda un 20% menos de lo que debería. El país sufre, por efecto de la estrategia fiscal llevada a cabo por las multinacionales, una disminución del 0,4% de su PIB cada año
La relación Capital-Trabajo-Estado a nivel mundial
«el Estado es un órgano de dominación de clase, un órgano de opresión de una clase por otra, es la creación del «orden» que legaliza y afianza esta opresión, amortiguando los choques entre las clases» Lenin. El Estado y la revolución
En este contexto la nueva forma de capitalismo, el Capitalismo Neoliberal con la generalización de la competencia en todas las relaciones económicas, el mercado como árbitro y confirmación de su funcionamiento, la dimensión contradictoria que asume la forma Estado al cristalizar conflictos que expresan la lógica del capital, una nueva forma de gobierno del Estado desregulando las actividades económicas, en particular bancarias y financieras, tareas invisibilizadas, naturalizadas que se permiten, ya escribe Marx en La ideología alemana:
«[ ] el Estado es la forma bajo la que los individuos de una clase dominante hacen valer sus intereses comunes y en la que se condensa toda la sociedad civil de una época, se sigue de aquí que todas las instituciones comunes tienen como mediador al Estado y adquieren a través de él una forma política».
Los Estados nacionales son los que aseguran en cada territorio las condiciones de reproducción global. El Estado nacional es una “forma” que asumen las relaciones capitalistas globales, una suerte de momento acotado de la sociedad global sobre un espacio territorial delimitado. Una de las características del capitalismo es la fractura de la sociedad global en una multiplicidad de Estados. Como dice Burnham en “Estado y mercado en la Economía Política Internacional: una crítica marxiana” (1997):
«la más importante tensión del capitalismo contemporáneo es la constitución política nacional de los Estados, junto al carácter global de la acumulación. Aunque las relaciones de explotación sean globales, las condiciones para éstas se establecen nacionalmente, y los Estados soberanos se integran a la economía política global a través del mecanismo de precios»
En esa racionalidad neoliberal no existe el mercado como árbitro de los emprendimientos, hay monopolios; no hay competencia hay cartelización, en gran parte del mundo globalizado, dicha lógica ha sumergido la vida social con la creación de paradigmas: el acreedor financiero y el deudor financiado, y un marco del desarrollo desigual entre países centrales y periféricos.
[1] Leprechaun economics (Economía del duende) fue un término acuñado por el economista Paul Krugman para describir el aumento del 26,3%del PIB irlandés en 2015, posteriormente revisado al 34,4%.
