La huelga de recogida de basuras finalizó la semana pasada que la empresa adjudicataria o el Ayuntamiento se movieran de sus posiciones iniciales y, además, ha acabado con el despido de los miembros del sindicato que fueron sus principales promotores, acusados de boicotear el servicio.
La concesionaria municipal que se encarga de la recogida, Prezero, despidió este miércoles a tres miembros del comité de empresa, entre ellos Miguel Ángel Sánchez, secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Limpieza (STL), presidente del comité de empresa. Según algunas fuentes, el despido se debe a faltas cometidas durante el último paro en el servicio.
En este, caso, según los motivos de despido, Sánchez habría incitado a la plantilla a no cumplir sus obligaciones, dando instrucciones a los trabajadores para evitar la recogida, todo ello en el marco de la protesta colectiva. Entre los otros dos despedidos está el portavoz del comité de huelga, además de otro miembro. A los dos, según la empresa, se les achaca desobediencia e indisciplina durante la huelga, con acciones reiteradas para impedir el servicio, además de incumplimiento de las medidas de seguridad. Ambos trabajadores estaban con carácter indefinido en la empresa y con varios años de antigüedad.
Durante el conflicto,debido a incumplimientos por parte de la empresa de las condiciones del servicio y de la legislación laboral, el Ayuntamiento fijó unos servicios mínimos que, según el decreto, debían garantizar que la basura se recogiese cada dos días.
Dichos servicios fueron calificados como abusivos por parte de los convocantes. La basura se acumuló y el paro empezó de manera ininterrumpida el 28 de julio. Además, ardieron 160 contenedores, desde el sindicato se rechaza cualquier participación en los actos vandálicos.
El Concello contrató a una empresa de refuerzo, y la alcaldesa, calificó la situación de paro de “brazos caídos”.
La empresa realizó cinco despidos e impuso decenas de sanciones a trabajadores acusados de incumplimientos, y la regidora apostó por la represalia y por no retirar los castigos disciplinarios, una exigencia que STL había logrado en ocasiones anteriores.
El sindicato convocó una asamblea general la semana pasada en la que los empleados optaron por desconvocar el paro. Participó en torno a un tercio de la plantilla, y 49 operarios votaron a favor de la acabar el paro, frente a 28 que apoyaron seguir con él.
Sánchez afirma que emprenderá acciones legales: “ganaré en el juzgado y seré readmitido, y como yo los demás, mientras no sean readmitidos, no voy a parar”.
