¿Orgullo, qué orgullo?

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Por Ana Val

Asisto perpleja (cada día alucino más) a unas afirmaciones contundentes y que pretenden sentar cátedra.

A mí me viene pareciendo, que tal cual se escriben y se publican, andan rozando el larguero de dar pie a denuncias por apología de la cultura de la violación y de incitación a terapias de conversión de homosexuales (o de no homosexuales porque están en un plan que apuntan a todo cristo).

Las lesbianas llevamos advirtiéndolo mucho tiempo, demasiado, denunciando que se nos está acosando, que no paran, que van a por las chicas, que son señores heterosexuales fetichistas que exigen que validemos sus fetiches sexuales. Pero es que ahora ya van a calzón quitado, ya es casualidad que desde bastantes cuentas “influencers” con decenas de miles de seguidores salgan en tromba, como si se hubiera dado el pistoletazo de salida al mantra: “Si bajas los pantalones y, hay un pene, te lo comes y si los bajas y hay una vulva, te la comes”. Así, a bocajarro, sin derecho a replicar ni a la libertad sexual personal, te lo comes y punto.

Resulta que esto ha empezado a escocer entre no pocos individuos de la comunidad gay que hasta ahora permanecían sordos e impasibles. Me alegro, no soy rencorosa, entre otras cosas porque esto es un ataque a la libertad sexual de TOD@S, pero para las lesbianas no es nuevo.

Y es que parece que “autodeclararse” de la sección TQ+ (por más hetero que sean la mayoría, que lo son) te da patente de corso y pase VIP para exigirle al resto de la humanidad cualquier burrada por más repugnante, coercitiva y agresiva que sea pero ¡eh!, que son la minoría más vulnerable del planeta… dicen.

El “no es no” o el “sólo sí es sí” parece que no va con ellos, no cuenta, pero hasta donde yo sé todo el mundo tiene derecho a decidir cómo, cuándo y con quién se va a la cama; si tienes una cita y no hay el “feeling” esperado porque tenga un grano en el culo que no te gusta o se te han pasado las ganas, por lo que sea… tienes todo el derecho a DECIR ¡NO!

Pero, con los TQ+, parece que no, que si te encuentras un genital que no era el esperado ¡te lo comes y punto! ¡Y te callas!

Todo esto teorizando porque me da la sensación que esto solo pasa en sus cabezas, lo de ladrar y decir burradas en redes sociales, digo, porque todas sabemos que normalmente sin filtros de Instagram no hacen el “passing” ni de puñetera casualidad pero, mientras, van imponiendo relato, van abriendo la ventana de Overton, van amedrentando al menos a los y las más jóvenes, van acosando, van agrediendo y van restando libertades. En pocas palabras, van justificando el comportamiento reprochable de “la furia trans” y aplicando técnicas fascistas de intimidación.

Mientras tanto, mientras nos peleamos, andan los políticos muy alterados, como la señora García y la señora Rego, poniendo el grito en el cielo de que “¡¿qué es eso de hacer terapia a un menor que puede que tenga un trastorno mental?! ¡¿Qué es eso de mandar al psicólogo a hacer una valoración exploratoria?! ¿Cómo se le ocurre a alguien?

Anda otra parte de palmeros mediáticos y afines que han salido indignadísimos con los carteles del Orgullo de Almeida (no tendrán más cosas que protestarle a Almeida). Pero, hijos míos, ¿me explicáis cuál es la diferencia de cualquiera de, por ejemplo, los carteles de Podemos de cualquier año y lugar? Si desde por lo menos hace 20 años es lo que se está proyectando y promoviendo desde los Pride de todos lados: fiestón donde beber, drogarse y follar… follar a tope, follar en todos lados, ¡pero no seáis hipócritas, coño! Vosotros os habéis cargado el Orgullo con excesos y excentricidades y habéis borrado su significado y su carácter político reivindicativo.

El día 1 de junio escribí este tuit (no faltó quien me llamo homófoba):

“Hoy se supone que comienza el mes del Orgullo, ningún orgullo me da ir de la mano de tíos egoístas que quieren comprarse un bebé y explotar a una mujer vulnerable, ni de tíos que son hetero y me dicen que tengo que comer “polla femenina”, NINGUNO”.

Hoy es 28 de junio, además de reafirmarme en lo dicho añado…. ni de políticos que mandan a criaturas a hormonarse, mutilarse y castrarse EN MI NOMBRE, ni de personajes que defienden la cultura de la violación y las terapias de conversión modernas.

¿Orgullo?… ¿Qué orgullo si a veces siento vergüenza?

¡Ea!… Pau os manda besis!

PD: un abrazo a Laura Freixas ante el acoso y el intento de promo gratis que se intentó marcar ayer cierto personaje.

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