Los puertos, refinerías de petróleo, transportes y escuelas se paralizarán en el noveno día de huelga en Francia. La tensión es máxima en el país vecino y Macron se encuentra acorralado socialmente por la presión manifestada en las calles contra la reforma de las pensiones que ha tratado de imponer.
Los sindicatos y manifestantes han denunciado la brutalidad policial ejercida y las detenciones arbitrarias que se han ido produciendo. El ejemplo perfecto de esa violencia fue la detención de dos menores de edad austríacos que se encontraban haciendo turismo en el país galo y ante la cual tuvo que intervenir la embajada de Austria.
Los episodios que han desembocado en las protestas siguen sucediéndose; hace poco la líder ultraderechista, Marine Le Pen, reconoció haber ayudado al Gobierno de Macron a sofocar las protestas de los chalecos amarillos.
También han ido difundiéndose imágenes de una brutalidad policial desmedida, la misma denunciada por las organizaciones de clase.