Juan López Páez, Área China CEFMA
En el primer día de la Convención Nacional Republicana en Milwaukee, el joven senador por Ohio, J.D.Vance es elegido por el expresidente Trump como su compañero de fórmula para vicepresidente en la carrera electoral hacia el próximo noviembre.
Aspectos del perfil del senador indicadores de la democracia capitalista en EEUU
El candidato es un financiero y capitalista de riesgo reconvertido a senador en 2023. Destaca su posición como un firme defensor de la industria petrolera, quien respalda la perforación y la fracturación hidráulica, y critica las fuentes de energía renovables. También expresa escepticismo sobre la influencia de la actividad humana en el cambio climático. Su campaña electoral en 2022 al Senado fue financiada por la industria energética que contribuyó con más de 283 mil dólares a la campaña electoral
America first!, American Dream
En 2016, Trump lanzó su campaña como candidato republicano con «Yo soy América primero», un eslogan antiguo de 1915 en que el presidente Woodrow Wilson se apropió el kema en un discurso para resaltar la neutralidad del país en la Primera Guerra Mundial.
Sarah Chuchwell en su libro «Behold, America: A history of America First and the American Dream», señala como las frases ‘sueño americano’ y ‘América primero’ que nacieron hace casi un siglo, se entretejieron rápidamente con el sistema económico capitalista, la democracia burguesa y la raza, las tres fuerzas que siempre giraron en torno al destino de EEUU. No en vano, la frase America first! también comenzó a representar otras ideas, como la protección de los estadounidenses «reales» frente a la amenaza de los inmigrantes y los «hyphenate Americans«, aquellos cuyo origen compartía una etnia diferente a la estadounidense: irlandés-estadounidense; italiano-estadounidense, etc…
Vance ha respaldado iniciativas legislativas como la Ley de Energía y la Ley Stove, en un esfuerzo por proteger la industria energética y manufacturera nacional. Vance ha mostrado su oposición a las políticas de la administración de Joe Biden que, según él, podrían perjudicar a los trabajadores estadounidenses, como la suspensión de aranceles a los componentes solares chinos. Asimismo, presentó un proyecto de ley para derogar el crédito fiscal federal para vehículos eléctricos, y propone en su lugar créditos fiscales para vehículos fabricados en EEUU impulsados por gasolina o diésel, bajo el nombre de «Drive American Act».
La trampa de la meritocracia y la farsa del sueño americano
Vance surgió como figura polarizadora a escala nacional en 2016 cuando publicó con 32 años sus memorias «Hillbilly Elegy. A memoir of a family and culture in crisis”, prototípica elegía meritocrática norteamericana sobre su infancia rural en el suroeste de Ohio, el retrato de cómo escapar de la pobreza generacional en una de las regiones más deprimidas de Estados Unidos, a través de la educación graduándose en Yale.
Dichas memorias no llegan a la altura del retrato de los años treinta de los blancos pobres del Sur, que consagró a Erskine Caldwell cuando publicó La ruta del tabaco y La parcela de Dios sobre los habitantes de Georgia, aquellos hombres cuyas caras estaban «tan afiladas por el hambre que podrían rajar su propia tumba». Memorias que cómo no, serían llevadas a las pantallas por Netflix en 2020 bajo la dirección de Ron Howard con el título “Hillbilly, una elegía rural”.
Elegido como compañero de fórmula por ser el representante del «Rust Belt”, pieza clave de la América profunda para el triunfo de Trump como ocurrió 2016 en un puñado de estados industriales de la América profunda deprimidas del Medio Oeste por el apoyo de trabajadores y agricultores estadounidenses de Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Ohio, Minnesota.
Lo que se conoce como el Rust Belt (cinturón del óxido), Región del Nordeste y Medio Oeste de EEUU que ha sufrido un marcado proceso de despoblación, decadencia industrial y económica a partir de los años 1970, el otrora poderoso sector industrial, de la producción de acero, la industria automotriz y la minería de carbón, con mano de obra barata con los nuevos ajustes en los medios de producción capitalistas: nuevos métodos organizativos (just-in-time o método Toyota), que permitió a las fábricas mantener la producción con menos trabajadores, aumento de la automatización industrial, la internacionalización de las empresas estadounidenses y la liberalización de las políticas de comercio exterior debido a la globalización.
De su etapa como capitalista de riesgo, Vance conserva relaciones con Silicon Valley y los cripto empresarios, lo que le abre puerta de recaudación de fondos del Partido Republicano, fue capitalista de riesgo y trabajó con Ron Klain en el fondo de inversión “Revolution” de Steve Case, forjó estrechas amistades con élites destacadas como el “neoreaccionario” Peter Thiel, cuya ideología de magnate de grandes tecnológicas, sostiene que las grandes compañías deben dirigir el Gobierno de un país. O siendo más específicos, los altos directivos de estas empresas deberían ser una suerte de señores feudales y representar al Gobierno en su propia figura.Thiel también es un aceleracionista, es decir, defiende que cuanto antes colapse el sistema actual para fundar el suyo.
Vance y la nueva derecha estadounidense
Vance es la viva biografía de las mutaciones que ha vivido la derecha alternativa estadounidense, la llamada “alt-right” desde 2016, su perfil es también una declaración de intenciones del papel de EEUU en el mundo y de cómo va a enfrentar los desafíos geopolíticos actuales.
Como un mosaico ideológico complejo, la nueva derecha norteamericana se presenta con diferentes enfoques y objetivos. Vance se ubica en un punto intermedio nadando entre dos aguas. Por un lado se sumerge en un viaje al oscuro laboratorio de los “NatCons”, los nacional-conservadores americanos. En Washington se ha reunido a principios de julio la Nueva Derecha Americana, que impregna el pensamiento del expresidente Trump y sus seguidores. El objetivo de la reunión, donde se encontraba el senador J.D. Vance, era preparar una futura administración republicana al servicio de sus obsesiones ideológicas: revitalizar el conservadurismo estadounidense a través de un regreso a valores tradicionales y una mayor participación del Estado en la promoción de la moral. Con ellos comparte una profunda preocupación por la clase trabajadora blanca, el declive de la economía industrial y la pérdida de valores tradicionales en la América profunda.
Sin embargo no hace ascos a los “disidentes digitales«, una corriente más «online», integrada por escritores, podcasters y usuarios de Twitter que se caracterizan por una crítica feroz hacia las élites tecno-liberales y la pérdida de control sobre la información. Para estos «disidentes digitales», la globalización, la burocracia y la tecnología han generado un desdén por las preocupaciones de la clase trabajadora en un mundo caótico y tiránico que ha dejado de lado los valores tradicionales y la moralidad.
Según Bloomberg, Vance está estrechamente alineado con Trump en muchos temas que son primordiales que incluyen la adopción de una postura más dura contra China en materia de comercio y el aumento de la seguridad fronteriza, como senador ha sido uno de los principales opositores a la financiación estadounidense a Ucrania para su defensa. Sus opiniones sobre ese conflicto demuestran que no es un belicista motivado ideológicamente, lo que sugiere que manejará pragmáticamente la competencia de EEUU. No hay duda de que es un hegemonista, pero eso viene con el territorio, y nunca olvidará lo que aprendió sobre el establishment durante su estancia con los marines estadounidenses en Irak.
Para la BBC, elegir a Vance sugiere que Trump sabe que estas elecciones se ganarán y se perderán en un puñado de estados industriales del Medio Oeste. Con sus antecedentes, Vance podría estar bien posicionado para conectar y dinamizar al tipo de votantes blancos de clase trabajadora que en 2016 entregaron esos estados a Trump por un estrecho margen. El expresidente Trump dijo que Vance «se centrará firmemente en las personas por las que luchó tan brillantemente, los trabajadores y agricultores estadounidenses de Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Ohio, Minnesota y mucho más allá».
Política Exterior: “Make America Great Again” y “Asia primero”
La visión del mundo y los roles de la República Popular de China y la Federación Rusa en la cosmovisión MAGA, abreviatura de “Make America Great Again” (Haz a los Estados Unidos grande otra vez), eslogan popularizado por Donald Trump en su campaña presidencial de 2016 indica que Estados Unidos será selectivo en sus compromisos en el extranjero, tanto militarmente como en términos de ayuda exterior.
Vance es lo que se conoce como un republicano que prioriza a Asia, de los llamados ”Asia primero” que quieren limitar la atención de Estados Unidos a Europa y reorientar los recursos hacia contrarrestar el ascenso de China como rival sistémico, respecto a Irán resalta la amenaza de su hegemonía regional.
En el Congreso, se ha ganado la reputación de ser uno de los oponentes más enérgicos de la continua ayuda estadounidense a Ucrania, diciendo que Estados Unidos ha “proporcionado un manto de seguridad a Europa durante demasiado tiempo ” y pidiendo a los aliados europeos que se rasquen el bolsillo e “intensifiquen ”sus propias contribuciones militares al régimen de Kiev.
Considera una amenaza más apremiante para los intereses estadounidenses –la competencia con China– porque, como dijo en un discurso el año pasado, “ ahí es donde está el verdadero enemigo ” señaló.
Trump y Vance comparten la visión de redirigir el enfoque de contención de Estados Unidos lejos de Rusia y hacia China, con miras a prevenir la dependencia potencialmente desproporcionada del primero de la segunda que podría acelerar su trayectoria de superpotencia y, por lo tanto, desafiar seriamente a Estados Unidos. El sistema resultante de bimultipolaridad chino-estadounidense favorecería comparativamente a China, ya que equivaldría a que sean prácticamente iguales en el escenario mundial, de ahí que quieran evitarlo.
Nacionalista desde el punto de vista económico como expresa en la entrevista a The American Conservative, considera que aumentar el apoyo a la industria manufacturera estadounidense es una forma de contrarrestar directamente el ascenso de China, y afirma que “deberíamos fabricar más de nuestros productos ”, incluso a costa de “un par de puntos básicos de PIB”.
Vance ha copatrocinado una legislación que revocaría el estatus comercial favorecido de China, una medida que sería enormemente desestabilizadora para la economía global. Respecto al apoyo a Taiwán en términos económicos debe ser protegida debido al riesgo de que una invasión pueda » diezmar toda nuestra economía «.
No se volverá a repetir el discurso inaugural de 2017 de Trump con la consigna de proteger a la clase trabajadora blanca olvidada, en cambio el discurso inaugural del 20 de enero de 2025 del presidente electo versará sobre lo importante que es proteger y aumentar de tamaño de las grandes corporaciones estadounidenses (en línea con los magnates del Silicon Valley neorreacionarios) La nueva prioridad sera protegerlas de la globalización si no pueden vencer en la lucha contra China, el nuevo campo de batalla radica en el paradigma tecnológico y Silicon Valley ha movido ficha para protegerse y no perder contra las tecnológicas del gigante asiático.