Más sobre la acumulación de capital en el sector de la vivienda

0

En una entrada anterior se valoraba la Actualidad de la contribución marxista al problema de la vivienda y se analizaba el texto de Engels de 1872 sobre ese aspecto, llegando a la conclusión de que no sólo era plenamente actual, sino que su vigencia es necesaria en estos tiempos. Más ahora que los capitalistas están haciendo su agosto en el río revuelto de la guerra, una guerra que el decadente imperialismo norteamericano pretende escalar a niveles inesperados.

La actualidad nos trae novedades que ratifican lo que comentamos. El rentismo (aquellos que viven magníficamente sin doblar el lomo gracias a que poseen los medios -en este caso inmuebles- y pueden obtener beneficio porque existe una gran cantidad de personas necesitadas de esos bienes) no sólo es sostenido por el Estado, sino que el Estado lo institucionaliza con garantías legales y -como veremos hoy- bancarias.

En cierta forma, es el reflejo a nivel local o doméstico de la misma artimaña que se produce a nivel global, con el gasto obsceno en armas, cuya factura se pasa a la clase trabajadora a través de la dedicación de grandes pedazos del PIB, cada vez mayores, y el consecuente expolio del sector público. Son también rentistas (véase BlackRock, esos señores que se reúnen con el ahora lawferado Pedro Sánchez) pues los inversores de las grandes empresas como las del IBEX se frotan las manos con el incremento incesante del valor de sus acciones. Son las entidades supraestatales como la UE quienes se encargan de sostener esta tarea a nivel comunitario.

Pues esa actualidad nos trae un curioso titular: los avales públicos a la compra de viviendas encarecen las hipotecas para jóvenes con tipos hasta dos puntos más caros.

¿Cómo es esto posible, si nos dijeron que el paradigma de la vivienda había cambiado? Pues tal como se comentó en aquel artículo inicial, Engels señalaba que las «soluciones burguesas» al problema de la vivienda no sólo no lo combaten, sino que reproducen el problema de manera que perdure indefinidamente.

En este caso ese apuntalamiento del problema se produce a través de uno de los pilares de la opresión del Estado, la bancocracia. La jugada viene de una propuesta del Gobierno que prometía en febrero una serie de avales para que 50.000 jóvenes y familias pudieran comprar vivienda. Así, menores de 35 años tienen la opción de estos avales públicos, con los que el comprador no necesita disponer del 20% de entrada, solo del 5%, lo que supone un considerable ahorro en esa cantidad de dinero que lógicamente muchos jóvenes (como tampoco los mayores) no pueden ahorrar.

Pero resulta que los bancos no ofrecen la opción de hipoteca con el aval público. Los bancos ofrecen primero su hipoteca al 80% y después, si disponen de ella, de su hipoteca joven hasta el 95%, que además exige un aval familiar. En el caso de las hipotecas con aval público, el precio aumenta, con un tipo de interés es entre un 1,5% y un 2% superior en una hipoteca con aval que en una que no lo tiene.

Los avales ofrecidos por el Gobierno los gestionan las comunidades, pero la última palabra depende de cada banco. Son los bancos los que deciden. Y los bancos entienden que un usuario que necesite acogerse a estas ayudas es un usuario de más riesgo, y al tener más riesgo, se le aplican más intereses.

La banca gana, de nuevo. Recordemos que los mayores tenedores de vivienda de nuestro país son Caixabank y la Sareb o banco malo, y cómo no nuestros amigos de BlackRock. Esto es, entidades especuladoras y señeras de nuestra bancocracia, alguna de las cuales fue -dicho sea de paso- rescatada con dinero público para asumir los activos tóxicos (hipotecas infumables) que no pudieron colocar. Todas estas entidades mencionadas participan asimismo de las acciones de las demás empresas del IBEX, de manera que el negocio redondo se cierra y todo queda en casa.

Si las familias y los jóvenes sufren una verdadera gymkana burocrática y avalística, será porque no siguen la moda que promueve el Banco Central Europeo.

El BCE parece emperrado en no bajar los tipos de interés (según nos dicen, para combatir la inflación), pero eso no es obstáculo para que muchos compradores paguen a tocateja. Y así, seis de cada diez viviendas que se compran en España se pagan al contado. Seguramente porque esos compradores se tomaron muy en serio las recomendaciones del BCE y se dijeron a sí mismos ¡nada de créditos!

Lo que no sabemos es si esas viviendas son para familias y jóvenes, o irán al interés privado, ese interés para el que nuestros ministros ofrecen soluciones win-win.

Según datos del INE, las viviendas de uso turístico se dispararon en España en 2023, por poner un ejemplo sólo en Madrid el número de pisos turísticos aumentó en 4.500 en el último año. Ya no hablamos de la Sareb o Caixabank, sino de lo que la ley-que-cambió-el-paradigma considera pequeños tenedores. Según estudios, los «pequeños propietarios» con viviendas alquiladas tenían de media 4,2 propiedades, y los hogares que alquilaron propiedades en 2022 ingresaron, de media, 15.600 euros anuales más que aquellos que no realizaron esta actividad.

De este astuto modo, la hipoteca se convierte en la herramienta disciplinaria para la inmensa mayoría de la población, los trabajadores, a quienes el peso de una hipoteca a 20 o 30 años le coloca una cadena que le recuerda surante toda su vida que debe ser sumiso, si quiere ser al menos propietario del lugar donde poder caerse muerto.

Ciento ciencuenta años después, resuena la voz de don Federico desmontando las soluciones tanto de los supuestos libertarios como de los burgueses, y nos indica que la raíz del problema, como en todo lo relacionado con la economía, está en que la clase trabajadora posea y controle tanto los medios de producción como los bienes que redunden en la calidad de vida, y que lo haga además en régimen de colectividad. Sólo así se cambiaría -verdaderamente- el paradigma de la vivienda, para pasar de ser un mercancía susceptible de especulación a un bien colectivo y al alcance de cualquiera.

Como podemos leer al final de Contribución al problema de la vivienda, olviden a los vendedores de crecepelo que les prometen soluciones prácticas:

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.