Hoja de ruta

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¿Qué forma tomaría una posible hoja de ruta para un programa de izquierda en España? Intentemos responder a esta pregunta.

Si tomamos la situación actual como punto de partida, propongo que el objetivo sea una situación en la que en España se hayan consolidado los cinco fines del socialismo tal y como aparecen recogidos en mi obra Socialismo Fiduciario. Recordemos que esos fines son:

  1. Pleno empleo garantizado y permanente mediante planes de trabajo garantizado basados en las reservas de estabilización de empleo.
  2. Utilización plena y prudente de los recursos naturales.
  3. Garantía a todo ciudadano de comida, alojamiento, vestido, servicios sanitarios y educación.
  4. Seguridad social en forma de pensiones y subsidios.
  5. Garantía de estándares laborales dignos.

En mi opinión, una hoja de ruta realista podría dividirse en tres legislaturas y tomar esta forma:

Legislatura I: soberanía, punto Lerner, reforma bancaria e integración de España en los BRICSS.

Legislatura II: reforma fiscal progresiva basada en el gravamen de la tierra y de los bienes inmuebles.

Legislatura III: puesta en práctica de un programa de reindustrialización GNR.

La razón para dividir la hoja de ruta en tres legislaturas es que la transformación socialista de la sociedad española, sumida en una crisis social y económica muy profunda, llevará largo tiempo. Cada legislatura debe haber sido preparada durante las legislaturas anteriores. Por consiguiente, todos los puntos de las tres legislaturas deben estar presentes para la izquierda desde el principio, de manera que cuando llegue el momento de ponerlos en práctica ya haya habido un trabajo previo que permita su implementación en la práctica.

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Legislatura I: soberanía, punto Lerner, reforma bancaria e integración de España en los BRICSS.

Podemos dividir la soberanía en dos sentidos según su grado de necesidad para la reconstrucción de la izquierda, la soberanía en sentido estricto y la soberanía en sentido amplio.

La soberanía estrictamente necesaria tiene tres pilares: la soberanía monetaria en forma de moneda propia (que en mi opinión podría llamarse el laborable), la soberanía militar mediante el abandono inmediato de la OTAN y la soberanía política que sólo es posible mediante la implantación de la Tercera República Española.

La soberanía necesaria en sentido amplio incluye la soberanía energética (que creo que España debería obtener mediante la energía nuclear basada en el torio) y la soberanía alimentaria mediante la implementación de tecnologías agrícolas como los cultivos hidropónicos que permitieran alcanzar el mayor grado posible de desarrollo del sector agropecuario español.

La salida del euro y de la Unión Europea es estrictamente necesaria para la reconstrucción de la izquierda. El papel histórico otorgado a España en la UE es el de burdel del norte de Europa. La izquierda no puede aceptar este orden de cosas, según el cual las industrias basadas en la investigación y el desarrollo y en actividades de alto valor añadido se concentran en el centro y el norte de Europa, mientras que en España nuestras principales industrias son el turismo depredador, la especulación inmobiliaria y otras actividades de muy bajo valor añadido. Esta situación es producto de un pacto entre oligarquías. La oligarquía industrial del norte y del centro de Europa pactó con las oligarquías turística y terrateniente española para dar lugar a una España que nunca competirá con los países más desarrollados a no ser que recupere su soberanía monetaria.

La recuperación de la soberanía monetaria española permitiría abolir los límites de déficit público y de deuda impuestos por la UE y la desvinculación entre recaudación de impuestos y capacidad de gasto público. Por consiguiente, la soberanía monetaria permitiría que, bajo el control democrático del Congreso de los Diputados, el Banco de España incurriera en el nivel de déficit en moneda nacional necesario para reindustrializar el país según un plan como el expuesto para la tercera legislatura.

Me vuelvo a remitir a Socialismo Fiduciario. Allí se explica en detalle un plan para la salida del euro (página 129 y siguientes). Para ello se utiliza esta diapositiva:

Como se verá, el quinto paso para la salida óptima del euro y la recuperación de la soberanía monetaria es la implementación de un programa de trabajo garantizado. Socialismo Fiduciario también presta máxima atención a esta medida. El desempleo es a la vez un fenómeno monetario y una decisión política. Por consiguiente, sólo un país monetariamente soberano puede elegir mantener un nivel permanente de pleno empleo. Para ello, el Estado debe comprometerse a adquirir toda la mano de obra no contratada ni por el sector privado ni por el sector público permanente a cambio de un salario y unas prestaciones que pasarían a convertirse en el salario mínimo de la economía. El objetivo es que el plan de trabajo garantizado sea lo más pequeño posible. Es decir, el éxito del plan de trabajo garantizado se mide por lo reducido de su tamaño, ya que eso indica que la mayor parte de los trabajadores percibe un salario superior al mínimo. De esta manera, el pleno empleo se convierte en un estabilizador automático del nivel de precios y permite que tanto el paro del 0% como la estabilidad de precios se conviertan en variables endógenas del ciclo económico. Al punto económico ideal de pleno empleo con estabilidad de precios Socialismo Fiduciario lo denomina Punto Lerner. Su consecución debe ser uno de los objetivos de la izquierda en su primera legislatura.

Estas reformas económicas acabarían con el pacto neoliberal entre la oligarquía del centro y norte de Europa con la oligarquía española. Por consiguiente, dichas oligarquías utilizarían todos los medios a su alcance para evitar dichas reformas. Sus principales bazas serían sus apéndices en España: la monarquía y la OTAN. Esto hace ineludible que la reconstrucción de la izquierda pase por la salida de la OTAN y la sustitución de la monarquía actual por un régimen republicano y democrático.

Otro apéndice de los intereses foráneos que en estos momentos dominan la economía española es la gran banca. Por eso creo que en una primera legislatura de reconstrucción de la izquierda debería plantearse una reforma bancaria (Socialismo Fiduciario, páginas 176 y siguientes). Dicha reforma debería formularse mediante la nacionalización de la banca de ahorro y la limitación del tamaño de los activos de los bancos comerciales al 2% del PIB. Asimismo, España debería regular el sector bancario según las líneas expuestas por Warren Mosler en su artículo de investigación Proposals for the Treasury, the Federal Reserve, the FDIC, and the Banking System (Propuestas para el Tesoro, la Reserva Federal y el Sistema Bancario).

Para finalizar una primera legislatura exitosa, España debería haberse integrado en los BRICS, de manera que el acrónimo incorporara un S de Spain. Sustituir nuestra pertenencia a la UE por la pertenencia a los BRICSS permitiría que España solventara cualquier problema derivado de la recuperación de su soberanía.

Legislatura II: reforma fiscal progresiva basada en el gravamen de la tierra y de los bienes inmuebles.

Una vez alcanzados los objetivos de la primera legislatura, la izquierda debería reducir la relevancia que el denominado sector FIRE ejerce sobre la economía española. El acrónimo FIRE significa Finance, Insurance and Real Estate (finanzas, seguros y bienes inmuebles). Este sector representa las actividades especulativas no generadoras de bienes reales. La izquierda española debe reducir al máximo este tipo de actividades especulativas para poder centrar su atención en la reindustrialización del país mediante actividades de alto valor añadido como las señaladas en la legislatura III.

La nacionalización de la banca de ahorro y la limitación del tamaño de los activos de los bancos comerciales al 2% del PIB (que acabaría con la doctrina too big to fail – demasiado grande como para quebrar) es sólo un primer paso en esta dirección. El verdadero reto de la economía española es acabar con su depredadora especulación inmobiliaria. Para ello, Socialismo Fiduciario propone vincular la reforma del sistema impositivo a la introducción de un plan de vivienda garantizada (página 181 y siguientes). El sistema impositivo español debería cimentarse sobre el gravamen a la propiedad de los bienes inmuebles y de la tierra. Un gravamen de estas características cumpliría con las tres funciones que desempeñan los impuestos: la dotación de valor al dinero, la modulación de las presiones inflacionarias o deflacionarias y la incentivación o desincentivación de las diferentes actividades económicas (en ningún caso los impuestos financian el gasto público del Estado).

En 2021, el 75,8% de los españoles vivía en una vivienda en propiedad. Este porcentaje es muy superior al de Alemania (49,5%), Austria (54,2%) o Dinamarca (59,3%). Por consiguiente, un impuesto a la propiedad del suelo y de los bienes inmuebles en España sería muy efectivo. Dicho impuesto debería gravar el valor real de mercado de las tierras y bienes inmuebles, de manera que el pago de impuestos se realizara en base a un porcentaje a ese valor real de mercado. Para ello, habría que mantener un catastro anualmente actualizado. El impuesto debería ir introduciéndose y perfeccionándose poco a poco hasta que fuera prácticamente el único impuesto existente. Las personas que viven en viviendas de alquiler no pagarían este impuesto directamente al Estado, ya que el impuesto se lo repercutiría el dueño de su vivienda en el pago mensual del alquiler.

Lo anterior debería ir acompañado de un plan de vivienda garantizada. El parque público de vivienda debería ser lo suficientemente grande coma para que toda familia española tuviera acceso a una vivienda de alquiler público a cambio de un máximo del 30% de su salario. Por consiguiente, la ampliación del parque público de viviendas debería comenzarse en la primera legislatura de manera que la garantía de vivienda pudiera implementarse en la segunda. Un sistema como este no gravaría las actividades productivas destinadas a crear bienes reales, sino las especulativas sobre todo en el terreno inmobiliario y garantizaría el acceso a una vivienda digna.

El sector de los seguros en España está dominado sobre todo por el debate sobre las pensiones de jubilación. Como hemos señalado, los impuestos y cotizaciones no financian el gasto público, ni en el pago de las pensiones ni en ningún otro ámbito. Sin embargo, la creencia neoliberal de que las pensiones se pagan gracias al fondo de las pensiones financiado por impuestos y la falta de soberanía monetaria han introducido entre la ciudadanía un debate tramposo sobre la sostenibilidad de las pensiones. Actualmente, las pensiones no contributivas se pagan directamente desde los presupuestos generales del Estado. Lo mismo debería ocurrir con todo el resto de pensiones. De esa manera, transferencias desde el Banco de España asegurarían el pago de todas las pensiones. El Gobierno mistifica esta sencilla solución a la sostenibilidad de las pensiones porque implica la recuperación de la soberanía monetaria y daña los intereses de los fondos de pensiones privados del sector FIRE. Por tanto, mediante el neoliberalismo del ministro José Luis Escrivá, recurre a debates tramposos como el Mecanismo de Equidad Intergeneracional o la llamada hucha de las pensiones. Todos estos debates son en falso. La soberanía monetaria aseguraría la sostenibilidad del sistema público de pensiones y permitiría disminuir el tamaño del sector de los seguros privados.

Legislatura III: puesta en práctica de un programa de reindustrialización GNR.

Tras la recuperación de la soberanía en todos los terrenos, la consecución del Punto Lerner mediante el pleno empleo y estabilidad de precios, la introducción de una reforma fiscal que a su vez garantice el derecho a la vivienda, la garantía de sostenibilidad de nuestro sistema de pensiones, la reforma bancaria y la eliminación de la influencia del sector FIRE en nuestra economía, España estaría en situación óptima para acometer su reindustrialización acorde con las tecnologías más avanzadas del siglo XXI. Dichas tecnologías responden al acrónimo GNR (Genética, Nanotecnología y Robótica), estudiadas en Socialismo Fiduciario en la página 202 y siguientes.

El desarrollo, investigación e inversión en estas tecnologías debería sustituir al turismo depredador y a la especulación inmobiliaria como principales actividades económicas del país. Voy a mencionar un solo ejemplo perteneciente al ámbito de la genética, ya que en el libro estudio las tres tecnologías en profundidad. Se trata de la teoría informativa del envejecimiento (Information Theory of Aging) desarrollada por el australiano Dr. David Sinclair, de la Universidad de Harvard. El desarrollo de esta teoría está permitiendo crear terapias génicas que mediante la actividad de las situinas influyen sobre la epigenética animal y “resetean” la edad biológica de las células. En 2024 está previsto que comiencen los ensayos clínicos con humanos. En el futuro, estas terapias prometen poner el proceso de envejecimiento humano bajo control médico, de manera que la recepción periódica de estas terapias permita alcanzar una longevidad indefinida.

En el caso de la nanotecnología y de la robótica se podrían citar proyectos similares. España debería incorporarse a estos desarrollos lo antes posible. Para ello, debería invertir de manera eficiente en movilizar los recursos de los que dispone que, tanto desde el punto de vista humano como material, son igual de importantes que los de cualquier otro país. En el campo de la genética, una sola patente como las que está desarrollando el Dr. Sinclair generaría un enorme avance en el bienestar de la población y sería enormemente rentable. El sistema público de salud debería incorporar estos avances inmediatamente para que estuvieran a disposición de todo el mundo. Por su parte, el sistema educativo debería reformarse para orientar a la mayor cantidad posible de profesionales hacia estos ámbitos.

Todas estas medidas permitirían que España alcanzara de forma robusta y solidaria los objetivos expuestos por el socialismo fiduciario. Por tanto, también permitirían la reconstrucción de la izquierda española. Se trata de una hoja de ruta larga y difícil, pero también apasionante.

¿Qué tal si nos ponemos a trabajar?

Euro delendus est.

4 COMENTARIOS

  1. Antes de leer todo el texto, me paro en la medida del gravamen a la tierra, es una medida que no se puede hacer de forma general, porque existen diferentes modelos de propiedad en España, al minifundismo no podemos gravarlo porque está alimentando a familias empobrecidas o son su único medio de vida, de la misma forma que no se debiera gravar la vivienda habitual de la clase trabajadora y todo ese dinero de menos debe ser aplicado a segundas viviendas y aquellas que pasen de cierto coeficiente. Por eso tampoco estoy de acuerdo con propuestas de aplicar el impuesto de transmisiones porque por un lado la vivienda es un derecho y la tierra puede ser el sustento… toda esta «pérdida» repercutirla a latifundistas y quienes tengan más de 1 vivienda, de forma ascendente 1+1, 1+2… etc. Porque si no, quienes no tenemos cierto nivel adquisitivo vamos a quedar sin vivienda, quizás incluso hecha por nuestros/-as abuelas?con sus manitas y arregladas por nosotras? NO y es un no categórico, un error enorme.

    Pero con la tierra y montes sí puede hacerse otra cosa: pasar de la propiedad privada a la comunal ligándola en primera instancia a la comunidad en la que se encuentra (pueblo, parroquia, pedanía, etc) a la gente que vive realmente en ese lugar con planes de silvicultura más allá de la madera, o de proyectos mucho más ambiciosos sean de ecoturismo etc… reforestaciones. De esta forma el/la propietaria no pierde simbólicamente la propiedad pero de facto deja de administrarla directamente poniéndola al dominio colectivo y con participación pública.

    En cuanto a las tierras de labranza también comunidades de explotación, porque así también se pueden hacer planes REALES de agricultura sostenible (a la que hay que ir ya porque nos va la vida en ello, estamos envenenándonos!) y de satisfacer la demanda de alimentos, eso de la soberanía alimentaria que todo país debiera tener de base.

    Sigo leyendo…
    Un saúdiño

    • Muchas gracias, Mónica. El gravamen a la tierra sí que se puede implementar de manera generalizada mediante el IBI. La idea es bajar el resto de impuestos y cotizaciones progresivamente hasta que el único que quede (o casi) sea el IBI. Al ir introduciendo esta reforma progresivamente, se puede ir hilando fino para que el impuesto recaiga sobre todo sobre los grandes terratenientes y propietarios de muchas casas. Los propietarios de una sola vivienda o de tierras de cultivo pagarían mucho menos y además sería el único impuesto que pagarían. La idea es que lo paguen sobre todo latifundistas como la Casa de Alba, no tu abuela. Luego lo que dices de que va a haber gente sin vivienda me temo que es porque no has leído el artículo. Lo que planteo es que todo el mundo que quiera tenga una vivienda de alquiler público por un máximo del 30% de su salario, y eso sería el único impuesto que pagaría. Eso es una vivienda garantizada para todo el mundo. Por favor, lee antes de comentar.

  2. En la reforma económica… a alguien se le ha ocurrido el temita de las subvenciones? he intentado en algún programa electoral introducir este tema, pero se ve que hay muchas ataduras.

    Subvenciones solo para la clase trabajadora, para pequeñas y medianas empresas que jamás son capaces de optar a sus requisitos. Y desde luego que no tengas que «adelantar» dineros que no tienes, si no, no pedirías una subvención, este escalón enorme hace que las y los autónomos (por ejemplo) no soliciten nada, salvo tengan ya unas condiciones económicas solventes. Por otro lado las familias que necesitan para tener una vivienda digna y no pueden optar porque no tienen dineros, la alternativa de pedir un préstamo porque «malo será que no me la concedan» no funciona, porque lo seguro es que no te la concederán y seguirás con tu infravivienda y encima haciendo apaños tú… Sé de lo que hablo, obviamente.

    En cuanto al empleo también tengo propuestas, bueno en muchos aspectos y como tú abordé esto desde una escalada de medidas por legislatura (como dije antes ya participé en la elaboración de programas).

    Sigo leyendo…

    • Gracias, Mónica. Creo entender que te refieres a las subvenciones para acceder a una vivienda. Lo que planteo en el artículo es que toda familia tenga acceso a un alquiler público a cambio de un máximo del 30% de su salario y que ese sea el único impuesto que pague. Es decir, planteo un plan de vivienda garantizada mediante alquileres públicos. Subvencionar desde el sector público la compra de vivienda privada me parece un error que entre otras cosas ha favorecido la especulación inmobiliaria en el pasado.

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