El próximo 19 de junio tendrán lugar las Oposiciones docentes para Secundaria en la Comunidad de Madrid, una convocatoria a la que los problemas habituales y carencias de este tipo de pruebas que generan una enorme incertidumbre entre los opositores se le añade este año la falta total de planificación en materia sanitaria.
Como si hablar mucho de libertad y bares ocultase la realidad, lo cierto es que esta convocatoria en la que participarán unos 30.000 opositores aun no tiene definido un protocolo para atender a la situación actual, estableciendo medidas específicas de prevención tanto para los opositores como para los tribunales. No hay siquiera un marco que dé garantías a los opositores que no puedan acudir a las pruebas por estar con síntomas, en cuarentena domiciliaria o afectados por Covid19, siendo aun un mínimo porcentaje de docentes los que están inmunizados debido a los problemas con la vacunación.
El colmo del desprecio a los opositores está en descargarles toda la responsabilidad de la que la Consejería ha hecho dejación de funciones, enviando una declaración responsable en la que cada cual debe confirmar que está en condiciones sanitarias de hacer la prueba, sin considerar todo lo que está en juego para cada uno de los opositores.
