Noticia de actualidad

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No hay nada más de actualidad que la actualidad misma. Y esto aunque parezca algo obvio no es tanto como parece. Y es que la actualidad en los noticiarios se ha convertido en una maquinaria de idiotización brutal.

La actualidad no es la actualidad real, es la actualidad que se necesita y que se vende bien. La prensa nos sumerge en una amalgama de delitos, corruptelas y sustos varios. Aunque esto esté a la orden del día no es el orden diario de los lectores. Aquí en el planeta tierra (para no centrarme en un punto concreto y por que los obreros al fin y al cabo no tenemos patria) al parecer nadie hace nada bien, el arte ha desaparecido excepto por personajes concretos y a decisión editorial.

Y es que las noticias donde no hay un muerto o varios no es de interés. Y con esto no digo que se evite o se censure la prensa desoladora, al contrario,  que a esta prensa desoladora se le añada otra consoladora. No por necesidad de delicadeza o exceso de debilidad. Aquí el que más o el que menos está curado de espanto, tanto como nos ha insensibilizado los mismos medios de comunicación. Y creo que entre anuncio de coche a toda página y notición político cabe alguna noticia científica o alguna entrevista a algún hacedor de arte que no huela a perfume de académico rancio.

Siempre me ha llamado la atención que en la prensa local haya una sección de decesos y no de nacimientos y esto puede que sea el reflejo del producto que nos venden. El interés está mirando hacia lo peor y al final eso se traduce en ciudadanos peores. Después no podemos quejarnos cuando nuestros hijos o nosotros mismos tengamos como referente a lo más zafio y pestilente del panorama. Existe lo peor por encima de lo mejor. Y esto no deja de ser la guerra de siempre, el bien contra el mal pero ahora desde dentro de cada uno.

Al preguntarnos el nombre de algún mangantes se nos viene a la cabeza una ristra de nombres y apellidos, pero en cambio si nos preguntamos por investigadores, escritores, filósofos… de esos no salen tantos, excepto los oficiales. Y es que el discurso oficial tiene que primar por encima de la crítica. Y aún habiendo críticos estos que nos muestran no se salen de la tónica habitual, por muy críticos que parezcan.

Esto sin mas se ha convertido en una guerra ideológica que tira para la derecha y para la inacción. Estamos dejando de lado el pan y circo para darle paso a poco pan y payasos desgraciados que hacen de nuestra vida un poco más triste y un mucho más temerosa.

Vuelvo a decir que no se trata de llevarnos a una situación mental de felicidad desenfrenada y desvinculación total de la maldad, nada de eso. Hay que saber de las villanías, pero también de las bondades. Aunque yo, que soy un pesimista, solo escribo de temas negativos, así que esto también va en contra mía. No sería mala opción dejar de leerme, por lo menos en algunos casos.

El consumidor de noticias que se nutre de destrucción difícilmente tendrá una visión esperanzadora del mundo. Por lo cual será llevado por sus demonios hacia la extrema crispación donde no se construye nada y a todo se le embiste. Necesitamos de creadores y difusores de estos, pues en los momentos donde abunda el ruido no se escucha la música y aún menos las palabras.

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