Valencia: Neonazis entran en un bar profiriendo mensajes de odio y la Policía identifica a los dueños del establecimiento y a una clienta por recriminárselo

1 de mayo. Calle Serranos, en pleno centro de la ciudad de Valencia. Cuatro personas de estética ultraderechista que participan en una manifestación fascista autorizada por la Delegación del Gobierno entran en un bar en evidente estado de embriaguez. Sin pedir siquiera permiso, uno de ellos entra en el baño impidiendo el paso a los camareros, mientras que otro, henchido de odio, comienza a gritar su condición de fascista: «Sobran gays y negros»

Los dueños del bar, además de una clienta que estaba allí, lejos de amedrentarse, recriminaron a los ultras su comportamiento y les pidieron que saliesen del establecimiento. Mientras, en la calle discurre la manifestación, y la policía que protege a los ultras se percata de que echan del bar a estos personajes al grito de fascistas. La sorpresa es mayúscula cuando en ese momento, los agentes pasan a identificar a los dueños del bar y a la clienta, en vez de a aquellos que posiblemente habrían cometido un delito de odio.

Esther Sanz, protagonista de estos hechos, narra telefónicamente a El Común la experiencia. Se queja de que mientras ellos fueron identificados, los neonazis gritaban consignas delictivas sin temor alguno.»Cuando pedí explicaciones al policía sobre por qué nos pedían la documentación, nos dijeron: No pasa nada. Es sólo para tenerte identificada.»

Los personajes provenían de la manifestación organizada por España 2000 con motivo del 1 de mayo que con el lema «Por un 1 de Mayo obrero y español», recorrió las calles de la capital levantina atemorizando a vecinos y turistas. Una concentración antifascista intentó cortar el paso a los manifestantes, pero la policía la acordonó para así evitarlo.