Polémica servida entre el feminismo de clase y las nuevas tendencias de la posmodernidad en un nuevo enfrentamiento entre regulacionistas y abolicionistas, esta vez a raíz de unos cursos organizados por la Secretaría de Género e Igualdad del sindicato de docentes andaluces, USTEA, que bajo el título GÉNERO COMO EXCLUSIÓN SOCIAL: PERSPECTIVA COEDUCATIVA pretende formar a su afiliación sobre las distintas posturas acerca de la prostitución.
Para ello, y según el anuncio que ha hecho de las jornadas el propio sindicato se contará “con mujeres académicas y profesionales vinculadas directamente con la prostitución” y se debatirá “sobre las diferentes corrientes que existen en la actualidad poder realizar una reflexión profunda al respecto.”
Nada más hacerse público el anuncio de las jornadas, voces discordantes con lo que se ha entendido que podría ser un blanqueamiento de la prostitución, alzaron la voz en redes sociales, donde algunas militantes del propio sindicato llegaron incluso a advertir que se darían de baja. Ese malestar interno por las jornadas ha podido ser corroborado por este medio, ya que varias militantes y cuadros de la organización nos han reconocido el problema que ha producido esta convocatoria en un sindicato que tiene posturas enfrentadas entre sus afiliadas.
La explicación oficial de USTEA es que las jornadas no indican posicionamiento alguno, y que lo único que se pretende es dar a conocer las distintas sensibilidades sobre el controvertido tema. “La izquierda está para debatir” ha manifestado a El Común, Beatriz Raposo, responsable de organización y espacio feminista de USTEA en Sevilla.
Pero eso no es entendido así por los grupos de feministas que han alzado su voz contra el evento y que entienden que con la excusa de un debate se enmascara el blanqueamiento de la prostitución. Los principales argumentos para defender su teoría: sólo hay una abolicionista invitada entre todas las ponentes y no entienden qué tiene que ver el debate sobre la prostitución en una escuela de formación de docentes.
Una de las voces más reconocidas del feminismo en Andalucía, Charo Luque de la Plataforma 8 de marzo, entiende que la celebración de las jornadas es “muy mala noticia ver cómo un sindicato que se ha caracterizado en el pasado por tener una especial atención a la perspectiva feminista, intenta disfrazar unas jornadas pro explotación sexual de las mujeres, en un lugar donde dicen debatir”… “Es poco ético, ya que de la totalidad de cinco ponencias, todas menos una son claramente pro explotación sexual”. Fuentes de la Alianza contra el Borrado de las Mujeres por su parte han enmarcado el evento y advertido sobre el intento del proxenetismo de meter la prostitución en el ámbito educativo universitario.
Tras hacerse pública la polémica, la única ponente abolicionista, Rosa Cobo, nos ha confirmado que declina participar en unas jornadas en las que ya se había anunciado su presencia, dada la desproporción entre partidarias de una y otra postura.
