A mí no me mires, yo voté a Kodos

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Con todo esto de la desafección que sufro desde hace meses, por poner un inicio a la desidia, no aparezco demasiado por aquí para insultar a nadie. He llegado a un punto en que me la suda, Jorge García Castaño seguirá ganando pasta para sus cosas nasales por hacer nada, Garzón continuará dando licencias a casas de apuestas y recomendando que comamos nabos y coles de Bruselas como buen comunista, la reforma laboral del PP (no hablemos de la del PSOE) más vigente que nunca y Yolanda Díaz se sigue vendiendo como una radical de la hostia y los que estamos fuera o en redes vertiendo mierda somos incapaces de articular una mierda de alternativa a todo esto ni de organizarnos ni para unas cañas. Así que, ¿de qué coño vale todo?

Os diría que no vale de nada, pero como seguro que muchos de vosotros sois más listos que Ione Belarra, pues mejor me callo. El caso es que el 4M me toca ir a puto votar otra vez, a parar al fascismo o lo que sea y, claro, pues me toca los cojones porque los martes me viene fatal y, encima, tengo que pedir el voto por correo. Lo único bueno del voto por correo es que me llegarán a casa las papeletas de todos los partidos y podré ver los nombres de todas las ratas que después de haber echado pestes de la «nueva» política, han cambiado de idea cuándo les ha llegado un sueldete. Lo bueno para saber más nombres de ratas, lo malo para mi úlcera.

La historia es que los madrileños podemos elegir entre Kang y Kodos. Podemos elegir entre una presidenta que cae fatal a la izquierda y se la pone a dura a la derecha y una izquierda muy de derechas. La cuestión es votar al que mejor te caiga porque, no sé, Gabilondo propone hacer lo mismo que Ayuso, las promesas de la doctora errejoner se quedarán en sugerencias o en Rascacielos al norte de la ciudad (las excavadoras ya están trabajando en Chamartín, gracias) y luego está Pablo.

Podríamos entrar en lo débil que es una organización, por llamar algo a eso, cuando tienes que tirar del más conocido de tu banda para no desaparecer en la Comunidad de Madrid, cuando tienes que dejar una vicepresidencia que supuestamente ha demostrado muchísimo para liderar tu partido en una región (tu partido, que no tu proyecto). Podríamos, también, entrar en lo de las primarias, en que ya no existen, pero, ¿para qué? Entrar en lo de que tus propuestas sean que Ayuso es muy mala y que te insultan, pues, lo siento pero paso. Deberíamos entrar en que van a hacer con las colas del hambre, con el paro, con los centros de salud cerrados, con la pandemia de las narices con, bueno, ya sabéis que parezco un obrerista y lo soy pero pasapalabra.

Yo no voy a votar ni a Kang ni a Kodos, así que a mí no me miréis. Al fascismo no se le para votando, igual que la República no llegará por arte de magia. Todo eso pasa por la organización, porque da igual quién representa en las instituciones y quién no, porque esto va de cambiar el mundo y no de ver quién es el líder. En fin, lo del mal menor suena fatal, casi tanto como la falta de propuestas y las promesas electorales que, perdonadme, a mí me gustaba más cuando besaban niños.

Muchos tenéis razón, ningún partido va a representarnos al 100%, cierto como que el agua moja, y más cierto aún es que el mal menor, según está planteado a día de hoy, es votar mierda o caca, no hay diferencia salvo la maldita verborrea. Yo era militante de IU y no estaba de acuerdo en casi nada, yo sólo quería enviar a medio mundo a picar piedra, me equivoqué. Mucho. Muchísimo. Pero siempre defendí la organización por más mala que fuera y lo sigo haciendo. No son programas similares, no son proyectos similares, no hablamos de eso. Nadie es más de izquierdas por ponerse una sudadera e ir a visitar los barrios de los pobres, nadie es más de izquierdas por vivir en un barrio obrero, eres más de izquierdas cuando haces políticas de izquierdas.

Yo voy a votar al PCTE, porque son ellos o nosotros. Por lo de la conciencia de clase. Y me la trae floja lo que digáis, si tenemos suerte más de uno no llegará al 5% y que os den por culo vendidos. Al fin y al cabo, hace unos años, pedíais meter une rodaja de chorizo en el sobre y, algunos, chupáis culo de esos mismos.

Por mí, votad a quien os salga de los genitales que seguirá ganando la malnacida de Ayuso, que no vais a parar al fascismo que ojalá pudiera votar a Kodos, pero es que Kang y Kodos son la puta misma mierda, me da igual quien os caiga mejor, los dos os darán latigazos.

Votad o no votad. Todo me parece cojonudo, como si votáis a putos vendidos como Mamen y sus nuevos amigos, total, cada vez sonamos más a Italia y a mí el Catenaccio siempre me pareció una basura. La libertad consiste en que elijamos, no en que seamos libres. Yo elijo COMUNISMO, como siempre.

Lo que más me jode de todo este embrollo es que cuando el Ministro de Consumo deje el gobierno (después de haberse ganado una pensión sin haber cotizado ni un minuto) no voy a saber qué verdura me toca comer en el mes de turno. Subir el IVA a la Fanta y recomendar comer verduras, el sueño de todo militante comunista (Dani, perdóname el Copyright).

Mi viejo se ha jubilado, eso es lo que me importa de verdad. Honor y Gloria.

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