Cerca de 8.500 ancianos han fallecido en residencias españolas

Según información ofrecida por la Cadena Ser esta misma noche, el número de ancianos que ha fallecido viviendo en residencias españolas alcanza la escalofriante cifra de 8.500 personas.

La cifra ha empezado a obtenerse debido a una orden publicada esta semana en el BOE en la que el Gobierno exigía a las comunidades ese dato y la información sobre el estado de las residencias de mayores. El dato de fallecidos incluye los casos de diagnosticados y los que fallecieron con síntomas. Aparte se calculan unos 13.000 casos más de contagiados y confirmados mediante prueba.

Sólo en la Comunidad de Madrid se ha producido la mitad de las muertes, unos 4.200. Le siguen Castilla y León y Cataluña con más de un millar cada una. Se da la circunstancia de que algunas CCAA han ocultado esas cifras a las que ha tenido acceso la conocida emisora de radio.

Tras la orden del Gobierno publicada en el BOE han empezado a saberse los datos de comunidades como Madrid. Otras comunidades no han querido confirmar los datos a dicha emisora. En el caso de la comunidad madrileña, gobernada por el PP, la cifra ha sido ocultada durante estas semanas de pandemia y finalmente el gobierno de Ayuso ha decidido hacerlas públicas ante el previsible asombro que causará su magnitud y una vez que se acababa el plazo para comunicarlas al ministerio de Sanidad.

Los fríos datos demuestran de nuevo que los más débiles –los más olvidados, en este caso las residencias de ancianos– están pagando con sus vidas las carencias de recursos. Cierto es que se trata del sector de población más proclive a sucumbir a las inevitables consecuencias del virus, pero también son los más desprotegidos, muchos de ellos abandonados a su suerte y en manos de la profesionalidad de los sanitarios que desarrollan su tarea en las residencias, cuyo trabajo no ha dado abasto para solucionar la falta de medios y ayudas.