La Europa que nos falla

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No voy a escribir un panegírico sobre si el estado lo está haciendo bien o lo está haciendo mal, creo que en esta situación y con un estado adelgazado durante décadas se está haciendo todo lo posible para afrontar la situación.

Lo que es absolutamente irresponsable es la actuación bochornosa de toda la oposición a la derecha de los asientos del parlamento. Esta crisis no es una oportunidad para cargar contra ningún gobierno, ni siquiera el de comunidades autónomas o municipales, es el momento de arrimar el hombro y de colaborar sin fisuras.

Llama mucho la atención cómo están afrontando esta situación los países que han sido atacados normalmente por la derecha, así Cuba envía 53 médicos a Italia, epicentro de la crisis sanitaria del Coronavirus, pero es que la pequeña isla ya ha ofrecido ayuda a Surinam, Granada, Venezuela o Nicaragua y suman ya hasta 31 los países que reciben algún tipo de ayuda sanitaria cubana. Otro tanto sucede con China, pero, ¿Cómo se llega a una situación en la que ciertos países tienen que pedir ayuda a China o a Cuba? La respuesta es simple: la solidaridad europea no existe.

El presidente de Serbia, Aleksandar Vučić, lo dijo hace unos días: “La solidaridad europea no existe. Era un cuento de hadas. A partir de hoy, como ya saben, ni siquiera podremos importar bienes de la UE.” Así, ante la ceguera europea, países de nuestra órbita se quedan fuera del reparto. Como Albania, Macedonia del Norte, Montenegro y Turquía, Serbia forma parte de los países candidatos que están cumpliendo e incorporando en sus legislaciones las peticiones de la Unión Europea, otros como Kosovo y Bosnia y Herzegovina aún no cumplen los requisitos para ingresar en la UE pero están en ello. Curiosamente todos estos países están tomando medidas muy agresivas contra el COVID-19. Albania ha dejado el país paralizado y no se puede circular con el coche, los establecimientos comerciales han cerrado todos salvo alimentación y farmacia y el primer ministro Eda Rama ha anunciado una retribución mensual extra de 1.000€ para médicos y enfermeros y de 500€ para conductores y empleados de limpieza. Albania solo contaba con 33 casos y 1 fallecido el día 13 de marzo.

Como dice el embajador de Cuba en USA, José Ramón Cañadas: “Esta crisis unirá a los pueblos y dividirá a las élites.” Y es que es muy ilustrativa de la situación lo acontecido estos días en la Unión Europea donde el Eurogrupo le pasa la pelota al Consejo europeo y este al Ecofin. Uno se pregunta desde el caos español, que no es más que el reflejo del caos europeo, si Europa pretende que la economía no se derrumbe o sólo es un enunciado vacío lo que manifiesta tras las reuniones de nuestros líderes. ¿Hay una respuesta conjunta de la Europa del Norte y otra respuesta de los estados del Sur? ¿Refleja esto la tan manida Europa de dos velocidades? ¿Es necesario afrontar la crisis con un Plan Marshall?

Los países del sur, España, Francia e Italia piden a la Comisión unos eurobonos que han dado en llamar “Coronabonos” y proponen que desde el Banco Central europeo se preste dinero directamente a los Estados al 0% y no a través de los Bancos para que no se repita la situación de la crisis del 2008. Y Alemania, Holanda y Austria consideran poco morales estas ayudas propugnando si se reciben, condiciones de rescate. Estamos pues en una situación de bloqueo desde los países del norte que consideran inferiores a los países del sur en una situación de angustia y calamidad donde Europa, si pretende sobrevivir debería mostrar más altura de miras. En esta situación la crisis de Europa toma un papel principal dado que muchos europeos se van a acabar preguntando para qué sirve Europa si no es capaz de salir del camino trazado por el FMI, BCE y Comisión. El jueves hubo una cumbre de líderes de la UE por videoconferencia después de que el Eurogrupo no llegara a ningún acuerdo. En estas, el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, ha rehecho las conclusiones que no querían firmar ni Conte ni Sánchez para presentar una acción fiscal coordinada y pasa la pelota a los ministros de finanzas de cada uno de sus países para una cumbre que tendrá lugar dentro de 2 semanas nada menos.

Esta crisis está dejando al descubierto la arrogancia de los países del norte sobre los países del sur. Así, el primer ministro portugués, Antonio Costa, tachó de “repugnante” la actitud del ministro de finanzas holandés, Wopke Hoekstra, después de que este dijera en el Ecofin que se investigue por qué algunos miembros no tenían margen fiscal para afrontar la crisis del coronavirus. Como si no fuera extemporáneo decirle que las medidas de austeridad son las que nos han llevado a esa situación.

En España vemos cómo se está comportando la derecha tras arruinar la sanidad pública madrileña, poner más dinero para sanidad no ha significado en Madrid más que darle a la sanidad privada casi la mitad del pastel mientras se desmantelaba la sanidad pública, se transformaban hospitales en centros concertados público-privados y se desviaban pruebas médicas fundamentales a hospitales privados mientras plantas enteras de hospitales públicos eran clausuradas. Hacia eso nos ha llevado la austeridad.

Pero sigamos con Europa, las presiones privadas para que esta crisis la paguen los de siempre siguen haciendo estragos en Bruselas y en esta línea el primer ministro holandés, Mark Rutte, ha comentado que la emisión de “Coronabonos” va en contra de lo firmado en Maastricht. Y es que no les importan los muertos mientras no sean de ellos. Es muy curiosa la decisión de dejar que cada país tome sus propias decisiones en cuestiones sanitarias y de lucha contra la pandemia. Esa Europa unida en lo económico no lo está en un aspecto tan importante como el sanitario y ahí las diferencias son abismales. Holanda había propuesto lo mismo que el Reino Unido en un primer momento, es decir, no hacer nada y habiendo dado marcha atrás sus medidas difieren de las que están tomando en los países de su entorno como Bélgica. En unos se pueden abrir todas las tiendas, en otro no; en un hay restricciones de movilidad, en otros no. En fin, da la sensación de que no se están tomando esto en serio.

Después de todo el MEDE, el mecanismo de estabilidad o fondo de rescate de la UE, ha abierto líneas de crédito por valor del 2% del PIB de cada estado. Es decir, que a España le corresponderían unos 25.000 millones de € pero a cambio de reformas estructurales y durísimas condiciones fiscales. Volvemos otra vez al austericidio. ¿Cómo es posible que en una crisis tan grave la UE quiera volver a salvar a los bancos antes que a las personas? ¿De verdad nos interesa permanecer en una Unión que únicamente es monetaria y que ha olvidado la ayuda humanitaria? ¿Es posible la desarticulación y el desmantelamiento de la Unión Europea? ¿Es lo que el norte desea? ¿Son consciente los dueños de Europa que si lo consiguieran (la desaparición de la UE) nos abocaríamos otra vez en nuestra historia a guerras dentro de la frontera de Europa? ¿Saben de verdad lo que nos estamos jugando? Hace tres años le preguntaron al presidente del Eurogrupo de entonces, el holandés Jeroen Dijsselbloem, sobre la situación en Italia y España y contestó lo siguiente. “Uno no puede gastarse todo el dinero en copas y mujeres y luego pedir que se le ayude.” Y esa sigue siendo la visión que damos a las gentes del norte. No sin cierta razón porque son sabidos de todos las ocasiones de derroche patrio como AVEs sin gente, aeropuertos sin aviones, rescates de autopistas y un largo etcétera lleno de volquetes de putas y demás. Sin embargo cuando suceden estas cosas debemos echar la mirada atrás y observar el largo tránsito de la historia y cómo se ha salvado de la bancarrota a ciertos países y a qué precio. Me refiero al plan Marshall después de la II Guerra Mundial. Los países del norte piensan que como ellos son altos, guapos y calvinistas se les puede salvar pero como las gentes de la Europa del sur son feos y morenos, bajitos y tontos (dado que suelen votar a auténticos ladrones) pues entonces no son dignos de ser salvados. Este concepto de supremacía racial desemboca en algo llamado fascismo. No es de extrañar que, precisamente en estos países, la ultra derecha esté ya muy cerca de tener opciones reales de gobernar.

Y así seguimos, dentro de una crisis de valores donde se va a dilucidar cómo viviremos dentro de unos años. Si conseguimos que esta Europa de los mercados se transforme en una Europa social, que piense en su ciudadanía, que realice políticas de redistribución de la riqueza, que comparta conocimiento y desarrollo, que lleve a cabo políticas medio ambientales, que entienda por fin lo que significa para la civilización el desempeño de las políticas de cuidados (que casi siempre realizan las mujeres) entonces tendremos futuro como Unión Europea y nuestro papel en el mundo, aunque difícil, tendrá un lugar y un propósito. Si esto no llegara a producirse y las políticas de austeridad, de control de un déficit que ahora se antoja imposible de cumplir, de preeminencia de los privado sobre lo público, de separación entre una Europa rica y una Europa pobre, entonces nos veremos abocados a repetir pasadas experiencias bélicas sobre suelo europeo y el intento de nuestros mayores de construir una unión política y económica habrá fracasado. Precisamente hace unos días se cumplía el 63 aniversario del Tratado de Roma que suponía el inicio de la experiencia conjunta europea, que no sea el último aniversario que podamos celebrar.

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