Irán ha cumplido su palabra en lo que parece un camino del que no hay retorno y que conduce a Oriente Medio a una catástrofe de magnitudes todavía imprevisibles. EEUU abrió la Caja de Pandora que inauguró el conflicto tras el asesinato del general iraní Qasem Soleimani, que se produjo hace unos días, y por el que las autoridades de Teherán prometieron venganza. El general, figura clave del sistema iraní y héroe popular de la nación, fue enterrado con honores de estado en un evento multitudinario que provocó incluso la muerte de hasta 56 personas a causa de una estampida.
Decenas de misiles balísticos fueron lanzados por Irán a primera hora de hoy miércoles en una operación reivindicada por los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica. Irań asegura que el ataque ha causado al menos 80 muertos y 200 heridos mientras que el Pentágono todavía no se ha pronunciado sobre el número de víctimas, aunque el presidente Donald Trump ha asegurado en un mensaje de la red social Twitter que los daños han sido limitados.
El presidente iraní Hasan Roani ha declarado tras el ataque «Vosotros cortasteis las manos del general Soleimani; nosotros cortaremos con vuestra presencia en la región», y ha amenazado con nuevos ataques a los aliados estadounidenses en la zona, señalando a Haifa en Israel y Dubai en los Emiratos Árabes Unidos.
