Cómo ser un poco más ATEO en estas fiestas…

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Primero, desearos un buen año y esas pamplinas y corroborarlo, sí, no cabe duda, mis titulares son muy al estilo de la Super Pop, pero así soy yo, un noventero empedernido y amante de la discordia. Y embargado por el espíritu y alguna crítica que me llegó de la anterior referencia (La película que los Abogados Cristianos no quieren que veas), voy a comentar una de las películas más gamberras, ofensivas y ateas de la última década y casi que diría de la historia del cine (que ahí hay “manteca colorá”), se trata de Sausage Party, sí amigos, La fiesta de las salchichas.

Antes de nada, me gustaría compartir parte de algunas críticas que puedes encontrar en la red sobre la película, para que os vayáis haciendo una idea:

Prometedora ¿verdad? Lo que escuece, según mi punto de vista, es interesante. Porque la controversia viene de algo, los que la tachan de mala, básicamente no se atreven a decir el porqué, lo cual es bastante obvio, es una película que básicamente promueve dos cosas, pasar del prejuicio y sobre todo y ante todo el ATEISMO (así en mayúsculas).

Para ir concretando, se trata de una película de animación para toda la familia (que tenga más de 16 años, según la clasificación en España y 18 en muchos países), de origen canadiense y estadounidense, dirigida por Greg Tiernan y Conrad Vernon en el 2016, producida por Nitrogen Studios Canada, Annapurna Pictures y Point Grey Pictures, con las voces de Seth Rogen, Kristen Wiig, Jonah Hill, Salma Hayek, Paul Rudd y James Franco, entre otros. Con una banda sonora excepcional, en la que participa el mítico Meat Loaf, con personaje en la animación y que pone uno de sus más célebres temas “I’d Do Anything For Love (But I Won’t Do That)”. La película, producida con 19 millones de dólares, llegó a recaudar más de 140, que se dice pronto, y más con la controversia que tuvo. Muchos animadores y productores no quisieron participar en algo tan bestia, porque, el corte final ya lo es, el montaje de los directores, lo era mucho más.

No caigo en spoilers porque el mismo tráiler de la película ya lo adelanta, va de un supermercado, en el que los productos veneran a los humanos como a dioses, deseando ser elegidos para que los lleven a un lugar mejor, pero la realidad es que los mutilan, despellejan, cuecen, trocean y se los comen (o cosas peores con los productos de higiene), lo cual hace replantearse a algunos productos su fe. Pero esto amigos, que desprende ateísmo, no es lo más bestia del film, no. Lo realmente bestia es el final, que tendréis que ver, porque es sublime, o delirante, o basto, o innecesario, o desternillante. En fin, ahí, como diría el Fari, está “la mandanguita”.

Homosexualidad expuesta, fetichismo, crítica social y religiosa, sectarismos, violencia, secretismo, banalidad, chovinismo, revolución, conformismo… muchos temas y sobre todo desde el humor, tan estúpidamente necesario.

Lo mejor, el final, cómo no.

Lo peor, la han tachado de racista, insensible, atea, etc. Pero esto quizás eso es lo bueno. Lo que realmente me chirrió es algunos localismos americanos, no por no cogerlos, sino por a su obviedad.

En fin, me parecía un buen inicio de año dejaros esta referencia para empezarlo con unas risas sonoras, nada huecas y con un buen sabor de boca. A salchichas en un bollo, por supuesto.

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