La uberización y Vox o el fracaso de la sociedad actual

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Lo cierto es que para comenzar no pensaba escribir sobre política, o por lo menos después lo que se preveía que iban a ser otras elecciones por desgracia muy similares a lo que ocurrió en las anteriores meses atrás. Pero en vista a los resultados tan negros, estoy en la necesidad de hacer una pequeña reflexión que aunque un poco arriesgada, creo que del mismo modo puede hacer entender muchas cosas.

Entender muchas cosas para que no vuelvan a suceder, espero…

Dadas las circunstancias, me ha parecido importante analizar desde un enfoque diferente las similitudes entre el ascenso de Vox, ese partido tan peligroso que esconde sus verdaderas intenciones bajo la bandera y su discurso del odio, xenófobo, racista, machista, incoherente y por supuesto fascista, con la irrupción de la Uberización en nuestra sociedad y que tanto nos está afectando y afectará (si no ponemos remedio) a nuestro futuro más.

En primer lugar y sin olvidar lo triste, lamentable y vergonzoso que ya es la situación de por sí con el escenario que tenemos, al final hablamos de dos modelos que lo que básicamente pretenden es favorecer los intereses de unos pocos a costa del trabajo de las demás ciudadanos y ciudadanas.

Este objetivo se vende bajo la misma premisa en ambos casos la cual se reduce a potenciar las supuestas virtudes del producto (bandera, patriotismo en el caso de Vox o botella de agua y conductor trajeados en el caso de Uber o Cabify) para tapar sus verdaderas y escandalosas carencias (nula capacidad política aparte de la confrontación y el discurso del odio y o ninguna responsabilidad sobre el pasajero mediante cláusulas abusivas).

A primera vista, ésta analogía puede parecer un poco metida “con calzador”, pero si se profundiza más, al final se puede llegar a la conclusión de que no son más que otras herramientas del sistema que a base de aprovecharse de la situación de crisis en la que nos hemos encontrado en los últimos años y de los fallos tanto en la política actual como del sector del taxi, han conseguido meter la cabeza y dinamitar todos los avances conseguidos en cuanto a igualdad, en cuanto a derechos laborales o en cuanto a derechos sociales que tanto nos habían costado conseguir para intentar marcar sus propias pautas.

De hecho al final, no es más que autoritarismo, autoritarismo para quien no puede más por la situación y está totalmente perdido.

El autoritarismo de prohibir, de censurar o directamente de eliminar lo que ellos consideren.

O del mismo modo, el autoritarismo para imponer, da igual doctrinas que políticas, da igual precios que inseguridad y da igual paraísos fiscales que precariedad. Ellos mandan en cualquiera de los casos.

Y sobretodo de exigir (ahora que tristemente se les va a permitir) con un único criterio (el suyo), por medio de sus intereses o más bien, los intereses de los bancos y los fondos buitre que mueven sus hilos. Todo ello, por supuesto disfrazado de una falsa libertad o de un falso “patriotismo”. Esa supuesta «libertad» para pasar por encima de todas y todos y por encima de leyes y protocolos para conseguir sus objetivos.

También otro aspecto similar es que tanto Vox, como Uber o como Cabify nos han vendido que votarles o usar sus servicios nos permiten ascender en una escala social a una clase que en realidad ni es mejor, ni es la nuestra.

Y lo que es peor y me parece más grave es que todo lo han hecho con mentiras y apelando a las emociones de la personas.

Pero pese a la gravedad de la situación, al final tanto la extrema derecha como la empresa extractiva no dejan de ser otro producto más de la crisis. El buitre carroñero que viene a recoger nuestro sufrimiento para transformarlo en su beneficio. Y saben bien como hacerlo..

Otros listos que han sabido aprovecharse de la frustración, del odio y de la precariedad para nublar el criterio de las personas y convertirlas en algo irreconocible a ojos de una sociedad tolerante e inclusiva como la que hemos conseguido a base de mucha lucha social y sufrimiento. Nunca se va a poder justificar lo que está pasando en éste país pero entenderlo es un rayo de esperanza para cambiar las cosas.

Así que, si por ejemplo Albert Rivera lo intentó y le ha salido el tiro por la culata, ¿por qué no vamos a poder acabar con Vox o con Uber, con Glovo o con cualquier buitre que pretenda acabar con nuestro modelo de sociedad?

Porque hay que reconocer que nosotros y nosotras, desde el taxi o desde la política con nuestros errores les hemos dejado la puerta abierta, pero del mismo modo no es menos cierto que no dejan de ser las mismas mentiras de quién nos tiene sometidos.

Para finalizar, tenemos que mentalizaros de que algo que deberíamos tener superado hace mucho tiempo como es la intolerancia, el odio, el racismo, el machismo, la violencia o la precariedad a día de hoy depende de nosotros el recorrido que pueda tener.

Depende de nosotros y nosotras como este fascismo (a sea político o empresarial) pueda afectar a nuestra sociedad o como podemos pararlo, empezando con nuestros votos, con criterio y con conciencia de clase, pasando por reivindicar nuestros derechos, los de todas y todos y terminando por nuestra actitud con empatía y solidaridad con los demás. Así se frena el auge de la estupidez, de la ignoracia y de la involución.

Así se forja un futuro para todas y todos.

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Carlos Rodríguez Expósito
Carlos Rodríguez Expósito. Community Manager y responsable de colectivos en Taxi Project. Colabora activamente con Élite Taxi Barcelona, con el espacio No Mas Precariedad, formado por decenas de colectivos en lucha y con 404 Comunicación Popular. Y por último también pertenece al Red Transnacional de Trabajadoras y Trabajadores, una nueva asociación donde del mismo modo, pretenden acercar el sector a los colectivos sociales y luchar contra la uberizacion de la economía a nivel global.

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